Las autoridades estatales y municipales han implementado diferentes programas para erradicar la inseguridad en la Unidad Habitacional La Margarita, sin embargo, hasta el momento no han tenido el éxito esperado.

El más reciente se registró a inicios de agosto, cuando los vecinos fueron dotados de algunas alarmas vecinales, mediante las cuales se busca dar respuesta inmediata a los llamados de emergencia.

Durante el pasado trienio municipal, se implementó el programa Vecinos Vigilantes, mediante el cual se realizaron reuniones con policías municipales, quienes otorgaron sus números telefónicos a los habitantes.

Además, los integrantes de la iniciativa colocaron lonas en sus fachadas y fueron dotados con silbatos para sonar y pedir ayuda.

Años atrás, también se reactivó el uso de las casetas de seguridad pública, a fin de que las patrullas tuvieran una base dentro de la unidad.

“Buenas intenciones sí hay, pero sólo eso, porque si han hecho varias reuniones, viene la policía, nos dan pláticas y nos enseñan a usar aplicaciones y hasta silbatitos nos dieron, pero a la hora de una emergencia no llegan y ni sirve para nada su capacitación”, mencionaron los vecinos entrevistados.

Sin embargo, aseguraron que ninguna de las propuestas ha tenido el resultado deseado, ya que al pedir ayuda, las patrullas policiacas tardan entre 20 y 25 minutos en llegar, una vez que el ilícito se cometió y los responsables huyeron.

Además, los policías no suelen contestar el teléfono y cuando llegan a responder, informan que los han cambiado de zona o que están en su descanso.

“Las veces que venían, juraban y perjuraban que iban a estar más cerca, daban hasta sus números y luego ya ni contestaban. Les hemos marcado y no ayudan”, explicó Omar Pacheco, vecino de la calle 40 Sur.

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