El humo cubrió Katmandú tras el incendio del Parlamento nepalí, un acto de cientos de jóvenes que, frente a la precariedad y la corrupción, irrumpieron en el recinto.
La violencia escaló pese a la dimisión del primer ministro Sharma Oli, cuya renuncia no detuvo la rabia acumulada entre la población que exige cambios políticos.
Las manifestaciones comenzaron el lunes contra el bloqueo de redes sociales y la corrupción gubernamental. La represión dejó al menos 19 muertos por balas policiales, según Amnistía Internacional.
https://whatsapp.com/channel/0029VaE1iV22975FVy9QXt3J
El martes, desafiando el toque de queda, grupos de jóvenes salieron a las calles, atacaron edificios públicos e incendiaron la residencia del primer ministro, de 73 años.
“Cientos de personas penetraron en el Parlamento y prendieron fuego al edificio principal”, confirmó un portavoz. Videos en redes mostraron las llamas envolviendo el corazón político de Katmandú.
Un manifestante, Sudan Gurung, celebró: “El Gobierno ha caído, los jóvenes han tomado el control del país. El futuro es nuestro”, en un país de 30 millones de habitantes.
Imágenes muestran a jóvenes ondeando la bandera nacional y enfrentando cañones de agua, algunos incluso tomaron armas de policías, reflejando el descontento de una población joven, desempleada y con bajo PIB per cápita.
El presidente Ramchandra Paudel pidió calma y diálogo, mientras Naciones Unidas se dijo consternada por la escalada de violencia. El choque refleja la frustración juvenil frente a un Estado incapaz.

