El Museo Frida Kahlo, conocido como Casa Azul, presenta la exposición temporal Frida Kahlo. Pintar por accidente, conmemorando el accidente que marcó su vida hace un siglo.
El 17 de septiembre de 1925, Frida, de 18 años, regresaba del Centro Histórico con su novio Alejandro Gómez Arias cuando un choque entre autobús y tranvía cambió su destino.
El pasamanos atravesó su cuerpo, provocando fracturas en columna, pelvis, costillas y pie derecho, además de una herida abdominal grave. Fue trasladada a la Cruz Roja y permaneció inmovilizada meses.
Durante la convalecencia, pidió a su padre la caja de óleos, su madre le proporcionó un caballete especial y un espejo sobre la cama para pintar boca arriba, iniciando su carrera artística.
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Entre sus primeras obras destacan Autorretrato con traje de terciopelo (1926), donde Frida aparece desafiante, transformando el dolor en arte y dando inicio a su estilo único y expresivo.
La exposición se instala en el ala lateral del Jardín principal de la Casa Azul, ofreciendo un recorrido que explora cómo el accidente marcó su cuerpo, emociones y creatividad.
Reproducciones de fotografías, documentos médicos, notas personales e imágenes de su obra permiten conocer a la joven que encontró en la pintura un refugio y razón para vivir.
Frida Kahlo. Pintar por accidente invita a los visitantes a acercarse a la vida de la artista desde su hogar permanente, la Casa Azul, donde nació, creció y murió.
Al cumplirse un siglo del accidente, la muestra resalta a Frida como una mujer valiente que supo convertir el sufrimiento en motor de vida y en legado artístico mundial.

