Han transcurrido 644 días desde que Jenyfer Román Moya desapareció, después de salir a realizar un viaje como chofer de taxi entre los municipios de Tecamachalco y Tepexi de Rodríguez, el 13 de diciembre de 2023.
Desde entonces, su familia no ha vuelto a saber nada de ella y, pese al tiempo transcurrido, las investigaciones emprendidas por la Fiscalía General del Estado (FGE) no han arrojado resultados que permitan conocer su paradero.
Así lo confirmó la mamá de Jenyfer, Erika Moya Díaz, al recordar que, a casi dos años de la desaparición de su hija, las instancias de justicia no han podido ofrecerle una respuesta clara ni avances que le den esperanza de localizarla.
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“Hoy se cumplen 644 días de no saber nada de Jeny y seguimos en búsqueda hasta encontrarla. Ninguna pista, ninguna noticia; seguimos igual, esperando”, expresó.
Al carecer de información relevante, los padres de la joven se sumaron al colectivo Voz de los Desaparecidos, para ejercer mayor presión social hacia las autoridades, participando en cada movilización organizada para exigir justicia.
De acuerdo con Moya Díaz, lo más duro ha sido enfrentar la indiferencia institucional: “No hay indicios, no hay hallazgos, no sabemos nada de mi hija. Sólo nos queda seguir buscándola por nuestra cuenta y con el apoyo del colectivo”.
BÚSQUEDA INCANSABLE
Desde el primer día, la familia de Jenyfer se ha mantenido firme en su exigencia. Han pegado fichas de búsqueda, han acudido a marchas, manifestaciones y reuniones con autoridades.. Erika insiste en que la comunidad no olvide a su hija y se sume, en caso de contar con algún dato que ayude a encontrarla.
A un año y nueve meses de la desaparición, la familia Román Moya exige a las autoridades que intensifiquen la investigación, agoten todas las líneas de investigación posibles y actúen con la seriedad que este caso requiere.
“Seguiremos en búsqueda hasta encontrarla”, reiteró Moya Díaz, convencida de que la esperanza es más fuerte que el silencio institucional y que algún día podrá abrazar nuevamente a su hija, que sumaba 21 años de edad cuando desapareció.

