La residencia histórica de Bad Bunny en el Coliseo de Puerto Rico no solo agotó 31 fechas consecutivas, sino que también impulsó la economía boricua. Según un informe de Visa Consulting & Analytics (VCA), el gasto en San Juan creció casi 20% durante los diez fines de semana del espectáculo “No me quiero ir de aquí” (11 de julio al 20 de septiembre de 2025), comparado con el mismo periodo del año anterior.
El impacto del Conejo Malo trascendió la música: los barrios cercanos al coliseo reportaron un aumento superior al 15% en el gasto de turistas internacionales, beneficiando directamente al turismo, la gastronomía, la hotelera y a los pequeños comercios locales.
“El evento generó beneficios tangibles para los sectores de turismo y comercio, fortaleciendo la economía de la isla”, afirmó Javier Vázquez, líder regional de VCA.
El estudio detalla que el flujo turístico creció incluso en plena temporada de huracanes, con visitantes provenientes de Estados Unidos, República Dominicana y España. El gasto internacional aumentó 35% interanual, impulsado por el consumo en restaurantes, hospedaje y moda. Solo el gasto en alimentos subió 75%, y el de alojamiento y ropa, más del 30%.
El 1 de agosto fue el día de mayor impacto: el gasto creció 50% sobre el promedio habitual, coincidiendo con la apertura oficial a visitantes internacionales. Además, los pagos digitales “Tap to Pay” se incrementaron 70%, reflejando una clara tendencia hacia la digitalización del consumo.
“La música puede ser un motor económico y social. Esta residencia colocó a Puerto Rico en el mapa global y fortaleció su economía”, destacó Luciana Resende Lotze, líder de Marketing de Visa para América Latina y el Caribe.
Con un lleno total y un impacto medible, Bad Bunny transformó su regreso a casa en un fenómeno cultural y económico, demostrando que el ritmo urbano también puede generar crecimiento y desarrollo.

