En un movimiento financiero sin precedentes, Estados Unidos anunció un acuerdo de intercambio de divisas (swap) con Argentina por 20 mil millones de dólares, además de realizar la compra directa de pesos argentinos, en una maniobra destinada a frenar la crisis de liquidez que atraviesa el país sudamericano.
El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, confirmó la operación tras cuatro días de intensas negociaciones con el ministro argentino Luis Caputo, destacando que “solo Estados Unidos puede actuar rápidamente. Y actuaremos”.
Este respaldo llega en un momento crítico para el gobierno de Javier Milei, quien enfrenta una severa crisis política y financiera, con una moneda debilitada y reservas en caída. El anuncio provocó una inmediata reacción en los mercados: el peso argentino se apreció y las acciones y bonos del país repuntaron con fuerza.
Bessent precisó que el acuerdo “no constituye un rescate”, pero sí una señal de confianza en la estrategia económica argentina, respaldada también por el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuya directora, Kristalina Georgieva, reiteró el “total apoyo” al programa económico del país.
El swap de divisas permitirá a Argentina disponer de dólares frescos para estabilizar su sistema financiero, mientras que Milei prepara su visita a la Casa Blanca el 14 de octubre, donde buscará afianzar la relación bilateral con Washington.
Bessent subrayó que el éxito de las reformas argentinas es “de importancia sistémica” para el continente: “Una Argentina fuerte y estable es clave para un hemisferio de prosperidad y libertad económica”.
El respaldo estadounidense también tiene una lectura geopolítica: afianzar su influencia en Sudamérica frente al avance de otros actores globales. Mientras tanto, el anuncio ha traído un respiro temporal a los mercados y refuerza la apuesta del gobierno argentino por una disciplina fiscal y la libertad económica como pilares de su política.

