Los poblanos que deseen colocar un altar para sus seres queridos durante las festividades de Día de Muertos, pueden encontrar todos los elementos que los componen en el Mercado de Xilotzingo, en precios que van de los 300 y 900 pesos en total, dependiendo del número de artículos y el tamaño de la ofrenda.
Si bien la intención principal es honrar y recordar a los difuntos, este ritual también implica un gasto económico que varía según los componentes que se incluyan.

De acuerdo con un sondeo realizado en dicho centro de abasto, el pan de muerto grande tiene un costo aproximado de 35 pesos, mientras que el pan de sal se encuentra en cinco pesos. Las hojaldras cuestan 20 pesos en su versión tradicional, 35 pesos con canela o chocolate y en 45 pesos las de nuez.

En cuanto a los dulces típicos que se colocan en el altar, como las calaveritas, los precios van de los dos pesos por pieza hasta los 160 pesos por paquete, siendo muy comunes las promociones de tres por 10 o tres por 12 pesos.

Por otro lado, las flores de cempasúchil y terciopelo se venden en 25, 30 y hasta 150 pesos por racimo grande. En tanto, las nubecitas, que se colocan en altares para niños fallecidos, pueden encontrarse en 10 pesos por manojo.

En el caso de las veladoras, los precios rondan entre 25 y 30 pesos cada una.

Con base en estos costos, una ofrenda individual que incluya hojaldras, pan grande, dulces, flores y una veladora, puede tener un valor aproximado de 260 a 410 pesos.

Una ofrenda para dos personas, con ocho hojaldras, pan, dulces, flores y dos veladoras, eleva el gasto a entre 365 y 565 pesos.

Para sugerencias para tres personas, considerando 10 hojaldras, pan, dulces, flores y tres veladoras, el costo estimado se sitúa entre 470 y 720 pesos.

Finalmente, una ofrenda familiar completa, con doce hojaldras, pan, dulces surtidos, flores grandes y cuatro veladoras, puede alcanzar entre 595 y 900 pesos, o incluso más, dependiendo de las costumbres de cada familia.

VENTAS DE FLOR, A LA BAJA

De acuerdo con una vendedora de cempasúchil, quien prefirió mantener el anonimato, las ventas han disminuido con el paso de los años. Destacó que la pandemia provocó una caída considerable en la demanda.
“Ha estado muy tranquilo (…) ya no vendemos igual que antes, pero aun así las personas intentan seguir comprando para ponerle su altarcito a sus muertos”, comentó en entrevista.

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