El gobernador Alejandro Armenta encabeza los recorridos por las zonas afectadas, acompañando a las familias y supervisando los trabajos de rescate, desazolve y asistencia. “Aquí vivimos dos deslaves; cuatro casas quedaron bajo tierra”, narra conmovido Gregorio Islas, vecino de Nuevo Monterrey, quien reconoce el apoyo constante de la Marina, la Guardia Nacional y Protección Civil.

En Chapultepec, Lucero Hernández perdió su hogar. Su familia, entre lágrimas, agradece la presencia del Ejército y de voluntarios que no descansan. “Nos están ayudando a levantarnos”, dice su hijo Julio Hernández, mientras observa los restos de su vivienda.

Entre el lodo y la tristeza, también florece la esperanza. Ana Leticia Cruz, de Venta Grande, cocina y reparte alimentos a quienes ayudan en el rescate. “Las vidas no regresan, pero sí podemos empezar de nuevo”, afirma.

El Sistema Estatal DIF coordina albergues temporales en municipios como Venustiano Carranza, Pantepec, Jalpan, Huauchinango y Zacapoaxtla, donde las familias afectadas reciben comida, ropa, atención médica y cobijo. Además, los Centros de Acopio en el CIS Angelópolis y Casa Aguayo permanecen abiertos para recibir ayuda ciudadana.

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