Los neoyorquinos enfrentan un aumento histórico en los precios del café, producto de la crisis climática, los costos de transporte y los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump.
El precio del café arábiga aumentó 21% entre agosto de 2024 y 2025 en Estados Unidos, el mayor mercado de café del mundo. El incremento impacta desde simples expresos hasta elaborados lattes saborizados.
En febrero de 2025, el precio del grano alcanzó un máximo histórico. A esto se sumaron los aranceles del 50% impuestos a productos brasileños desde el 6 de agosto, elevando los costos de importación.
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Brasil, proveedor del 30% del café sin tostar de Estados Unidos, fue sancionado tras la condena a Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado, afectando la cadena de suministro.
Jeremy Lyman, cofundador de Birch Coffee, señaló que el aumento afecta a agricultores y pequeños negocios. Su empresa agregó 50 centavos por taza y entre 2 y 3 dólares por bolsa de café.
La producción brasileña se volvió impagable, obligando a importadores a recurrir a México, Perú y Etiopía. Cecafe reportó una caída del 53% en exportaciones a Estados Unidos en septiembre.
Algunas cafeterías añaden primas ajustables diarias según el nivel de aranceles. Sin embargo, el riesgo de perder clientela aumenta ante precios superiores a seis dólares por bebida.
Clientes como Jason Nickel y Anna Simonovsky adaptan sus hábitos de consumo, fijando límites claros en sus gastos diarios en café.
Trump consideró eximir el café de aranceles, junto con té y cacao, mientras republicanos y demócratas impulsan un proyecto de ley bipartidista para proteger este producto esencial.

