Bolsas guindas
Un video que muestra imágenes de elementos del Ejército Mexicano cargando bolsas de color guinda para cruzar un puente bloqueado por lodo y rocas en el municipio de Zihuateutla, en la Sierra Norte, causó indignación entre varios usuarios de la red social X, quienes condenaron el uso de la tintura de la imagen institucional del Movimiento de Regeneración Nacional en el reparto de víveres en las comunidades marginadas. Entre los usuarios indignados se encuentra la excandidata presidencial Xochitl Galvez, quien escribió, “no tienen abuela. En la mañanera, Claudia Sheinbaum dijo que no se sacaba raja política de la tragedia, pero resulta que llegó ayuda a Zihuateutla, Puebla, en bolsas del color del partido guinda de Morena”. En respuesta, la alcaldesa, Petra Morales, dijo que, para agilizar la entrega, usaron las bolsas del programa Por Amor a las Mujeres, que llevan el logotipo del ayuntamiento. En el artículo 134 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se establece que la publicidad oficial debe tener un carácter institucional y con fines informativos, de carácter educativo o de orientación social. Por ello, la propaganda gubernamental no debe incluir nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de algún servidor público. Además, no puede identificarse con ningún partido político, por lo cual se prohíbe el uso de sus colores o emblemas para fines de promoción del Gobierno en turno. La Constitución es clara. Sin embargo, resulta prácticamente imposible para los gobiernos de todos los niveles, sin importar la ideología que enarbolan, el sucumbir ante la tentación de aclarar a las personas damnificadas de dónde provienen esos apoyos y, especialmente, quién los envía, con el ánimo de generar simpatías y que esas personas respondan de la misma manera en los próximos comicios del 2027. De ser así, es un acto inconstitucional, de lo contrario, es mero oportunismo político del partido en el poder. ¿Será?
Desconfianza
La iniciativa encabezada por el influencer Octavio Arroyo, conocido como Mr. Doctor, para recolectar víveres destinados a los damnificados en la Sierra Norte de Puebla, es un reflejo del papel relevante que las figuras ciudadanas y digitales están asumiendo ante la aparente lentitud de las autoridades, las cuales piden la confianza de la población en la entrega de alimentos y otros insumos, garantizando su reparto a través de las fuerzas armadas federales. El hecho de que un creador de contenido impulse una colecta en el corazón de la capital poblana no sólo habla de la capacidad de convocatoria que poseen las redes sociales, sino también de la crisis de confianza hacia las instituciones gubernamentales. La declaración de Arroyo, “la gente ya no cree en el Gobierno”, resume un sentir común en muchas comunidades afectadas por desastres naturales, donde la ayuda oficial suele llegar tarde o de manera insuficiente. Sin embargo, más allá del cuestionamiento político, el esfuerzo de Mr. Doctor y de quienes acuden a donar evidencia un valor fundamental: la solidaridad espontánea de la sociedad civil. En un contexto de emergencia, son los ciudadanos quienes, sin intereses partidistas ni promesas electorales, tienden la mano a los más vulnerables. Esta acción debería servir como ejemplo de empatía y recordatorio urgente para las autoridades: la gente no deja de organizarse cuando el Gobierno falla; simplemente aprende a hacerlo por su cuenta. Si bien esto representa una fortaleza social, también plantea la necesidad de repensar la relación entre ciudadanía y autoridades en la gestión de desastres naturales. ¿Será?

