Durante la mañana del 12 de noviembre, los poblanos fueron testigos de un espectáculo poco común: un Cavum, también conocido como nube agujero o skypunch, se formó sobre el cielo de Puebla capital, generando sorpresa, curiosidad y miles de publicaciones en redes sociales.

La inusual formación circular se distinguía claramente entre las nubes, creando la impresión de que el cielo se había abierto. Sin embargo, especialistas aclaran que este fenómeno tiene una explicación científica y natural, completamente alejada de cualquier suceso sobrenatural o catastrófico.

De acuerdo con meteorólogos del Servicio Meteorológico Nacional, el Cavum aparece cuando las nubes están compuestas por gotas de agua superenfriadas, es decir, líquidas a temperaturas inferiores a los 0°C. Al congelarse repentinamente, estas gotas provocan una apertura visible en la capa nubosa, que puede expandirse según las condiciones de presión y temperatura.

El Atlas Internacional de Nubes describe al Cavum como un “agujero bien definido en una capa de nubes con agua subfundida”. A veces, puede acompañarse de un tipo de precipitación llamada virga, que se evapora antes de llegar al suelo.
Asimismo, se sabe que el paso de aeronaves comerciales puede detonar su formación, al modificar las corrientes de aire y la temperatura dentro de las nubes.

Los expertos recalcan que este fenómeno no representa ningún riesgo para la población. No está vinculado con movimientos sísmicos, tormentas o alteraciones climáticas graves, sino que responde a un proceso físico atmosférico completamente natural.

Pese a ello, las redes sociales se llenaron de imágenes, teorías y memes, donde algunos usuarios afirmaron haber presenciado “un portal en el cielo”. La comunidad científica, sin embargo, invita a observarlo como un ejemplo de la complejidad y belleza de la atmósfera, una demostración visual de cómo la ciencia puede explicar lo que a primera vista parece inexplicable.

El fenómeno Cavum observado en Puebla no solo capturó la atención de los ciudadanos, sino que también colocó a la ciudad entre las tendencias nacionales, reafirmando que la naturaleza aún guarda momentos capaces de sorprender y maravillar.

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