De acuerdo con una investigación del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría (IDHIE) de la Ibero Puebla, entre 2015 y 2022 se identificaron 280 víctimas de trata en la entidad; sin embargo, estas cifras corresponden únicamente a las denuncias recibidas por la Fiscalía General del Estado (FGE), lo que, según el IDHIE, deja fuera la magnitud real del delito.


Durante ese periodo, la FGE reportó que se iniciaron 257 averiguaciones previas y carpetas de investigación, de las cuales el 63 por ciento son mujeres (177), el 15 por ciento varones (42) y en el 22 por ciento no se identificó el sexo.
Durante la jornada Tramas de la trata Puebla–Tlaxcala, organizada por la institución jesuita, Rosario Arrambide González, de la Defensoría de Derechos Universitarios, dijo que existe una indiferencia institucional respecto al delito.


Mencionó que los datos que sí están disponibles, muestran que 66 víctimas de trata son niñas y adolescentes, 113 eran mujeres mayores de 18 años, mientras que 101 casos carecen por completo de registro de edad, es decir, el 36% del total. Además, hasta septiembre de 2025, 23 víctimas fueron reportadas.


La falta de documentación también se extiende a las modalidades de explotación, pues no existe un desglose que permita saber cuántos casos corresponden a explotación sexual, laboral, matrimonio forzado, maternidad forzada u otras formas de violencia, según Arrambide González.


Arrambide señaló que la trata de personas ocurre bajo condiciones de clandestinidad y cautiverio, lo que provoca que la cifra negra supere el 90%. “Por cada víctima identificada, existen al menos 20 más”, sostuvo, al explicar que las redes criminales trasladan de manera constante a las mujeres explotadas para romper sus lazos familiares y evitar que sean localizadas.


Advirtió que la mayoría de las víctimas son mujeres adultas desaparecidas y que los municipios identificados como zona de riesgo son Tehuacán, San Martín Texmelucan, Puebla, Atlixco, Tepeaca, Huauchinango, Cholula, Zacatlán y Huixcolotla.


Otra de las voces de esta jornada fue la de Ixchel Yglesias González, representante del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS Ciudad de México), quien subrayó que las mujeres más vulnerables a ser captadas por redes de trata son aquellas que pertenecen a grupos étnicos, comunidades racializadas o zonas afectadas por devastación ambiental.
Estas condiciones, dijo, “abren la puerta para que la explotación sexual y otras formas de esclavitud contemporánea se normalicen”.

DESAPARICIÓN Y FEMINICIDIOS

Durante la jornada, los especialistas de la Ibero mencionaron que este fenómeno no puede analizarse de manera aislada, pues está estrechamente relacionado con la desaparición forzada y el feminicidio.
Ixchel Yglesias expuso que en Tlaxcala el sistema proxeneta opera mediante mecanismos de control emocional, coerción, violencia y manipulación, donde el “amor romántico” es utilizado como herramienta para enganchar a las víctimas.
A pesar de esto, el Gobierno tlaxcalteca sigue negando la existencia del problema, aunque organizaciones civiles han documentado presencia de redes de trata en 40 de los 60 municipios del estado.
La experta advirtió que aún encarcelando a los proxenetas, la trata persistirá por su vínculo con violencias estructurales y formas de control territorial.

TERCER LUGAR MUNDIAL

Para Óscar Montiel Torres, integrante de Observa Trata, México vive una crisis estructural: ocupa el tercer lugar a nivel mundial en número de víctimas, especialmente mujeres y niñas.
Señaló que la información oficial no está contextualizada ni acompañada de investigación de campo, lo que impide entender las dinámicas económicas, criminales y sociales que alimentan el delito.
Montiel también enfatizó que cualquier análisis debe reconocer al “cliente” como pieza clave, pues su demanda mantiene activo el negocio.

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