Los mercados asiáticos cerraron la semana con pérdidas generalizadas, reflejando la ola de pesimismo que contagió a Wall Street tras la publicación de los últimos datos laborales de Estados Unidos. La Reserva Federal (Fed) enfrió las expectativas de nuevos recortes de tasas de interés para 2025, lo que agitó la percepción de riesgo entre los inversionistas y frenó la euforia bursátil.

El punto de inflexión llegó con un informe de la consultora Challenger, Gray & Christmas, que reveló que los anuncios de despidos alcanzaron su nivel más alto en 22 años. Este dato proyecta que 2025 podría convertirse en el peor año laboral desde la crisis de 2020, con un impacto directo en el consumo y el crecimiento de la mayor economía del mundo.

A la tensión se suma el cierre gubernamental prolongado en EE.UU., que paralizó la publicación de datos oficiales, generando incertidumbre y obligando a los mercados a depender de indicadores privados. Este entorno ha incrementado la volatilidad global y debilitado la confianza inversora.

En Wall Street, los principales índices cerraron en rojo, arrastrados por el sector tecnológico, mientras que en Asia, Tokio y Seúl retrocedieron más del 2%, y Hong Kong, Shanghái y Taipéi también registraron caídas. Tras meses de subidas impulsadas por la inteligencia artificial, la corrección actual refleja un cambio de narrativa: los inversores comienzan a cuestionar si las valoraciones récord pueden sostenerse en un escenario de política monetaria restrictiva y signos de enfriamiento económico.

El panorama, según analistas, podría anticipar una reconfiguración del mapa financiero global, con mayor cautela, ajustes en las carteras tecnológicas y un retorno al apetito por activos refugio como el oro o los bonos del Tesoro.

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