Los cinco municipios con mayor número de ilícitos en el estado y que designaron a mando militar en sus Secretarías de Seguridad Ciudadana reportan una baja en su incidencia delictiva, sin embargo, expertos aseguran que tener un mando castrense no es suficiente para contrarrestar los hechos criminales de su demarcación.

De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a diciembre del 2024 se registraron 79 mil 378 delitos, mientras que de enero a septiembre del 2025 sumaron 61 mil 074 denuncias en todo el estado.

Los municipios con mayor incidencia delictiva la concentran Puebla, Tehuacán, San Andrés Cholula, San Martín Texmelucan, Amozoc, Atlixco y Cuautlancingo, en donde recientemente ha habido aparición de cadáveres con narcomensajes, atentados contra los titulares de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) estatal, así como homicidios violentos contra ciudadanos presuntamente sin vínculo con el crimen organizado.

Sin embargo, tras la designación de mandos castrenses, los municipios han registrado una baja en la incidencia delictiva de los primeros nueve meses del 2025, cifras equiparables o menores a las que reportaban en 2020 y 2021.

Por ejemplo, en la capital poblana se cometieron 26 mil 262 ilícitos entre enero y septiembre de este año, cuando en todo el 2021 se denunciaron 28 mil 839 hechos y el 2024 cerró con un total de 32 mil 315 delitos.

Mientras que Tehuacán, al cierre de septiembre de 2025, reportó una incidencia de dos mil 707 delitos, la cifra más baja en los últimos cinco años, cuando el promedio ha sido entre tres mil 600 a tres mil 900 delitos.

La incidencia delictiva más baja la reportan municipios como La Magdalena Tlatlauquitepec, Albino Zertuche, Camocuautla, Tepemaxalco y San Diego la Mesa Tochimiltzingo, en donde su seguridad pública es encabezada por elementos civiles con experiencia.

En el estado de Puebla, al menos 40 municipios de un total de 217 encargaron a un militar o un marino las tareas de vigilancia desde hace casi un año.

Sin embargo, expertos coincidieron en que, a pesar de la militarización de la seguridad ciudadana municipal, los cargos operativos siguen ocupados por civiles, por lo tanto, los cambios no se originan desde la raíz.

Rodolfo Tadeo Luna De La Mora, académico investigador y coordinador del Laboratorio de Paz con Reconciliación de la Universidad Iberoamericana Puebla (Ibero), afirmó que la disminución de delitos ha sido poca, por lo que la ciudadanía se siente vulnerable.
Lo que hemos visto ha sido la consolidación del militarismo en términos de la seguridad local, pero los datos muestran que han disminuido muy poco los delitos, lo que indica que la estrategia sigue siendo equivocada”, recalcó.

Jonathan Sánchez Vargas, criminólogo y especialista en seguridad pública, afirmó que hay un antecedente federal de que, a pesar de la intención de militarizar la seguridad, no se han visto los beneficios.
Consideró que los mandos medios y operativos se deben capacitar en políticas públicas y criminológicas, junto con cambios en el sistema penitenciario y penal.

Por su parte, Álvaro Segovia Cruz, doctor en Ciencias Penales y Juicios Orales, dijo que aunque los mandos sean de la Marina, el Ejército o la Guardia Nacional, nada garantiza que no sean trastocados por la delincuencia; la única garantía, dijo, es el trabajo constante, diario y la supervisión de los altos mandos.
Tenemos que hacer cambios generales; la corrupción se da en niveles bajos, pero los beneficios llegan a niveles altos. Sería aventurado decir que hay seguridad real; la clave está en el trabajo constante y la supervisión”, expresó.

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