En una nueva medida que agita el debate migratorio, el gobierno de Estados Unidos, bajo la línea política de Donald Trump, ordenó a sus embajadas considerar la obesidad y la presencia de hijos con necesidades especiales como factores para rechazar visas de inmigrante. El memorándum, firmado por el secretario de Estado Marco Rubio, instruye a los consulados a valorar si el solicitante podría requerir “atención costosa y prolongada”, evaluando tanto su condición física como la carga económica derivada de dependientes con discapacidades o enfermedades crónicas.

Fuentes confirmaron el documento a medios estadounidenses, subrayando que la directriz busca evitar que los nuevos residentes se conviertan en una “carga pública”, reforzando el discurso de la administración Trump de priorizar los intereses del contribuyente estadounidense. El país, donde cerca del 40% de la población es obesa —con índices más elevados en estados que votaron por el propio Trump—, endurece así los criterios migratorios para quienes deseen establecerse de forma permanente.

Las reglas no aplicarán a visitantes de corta estancia, pero sí afectarán a quienes buscan visas familiares o de residencia. Críticos advierten que esta política abre la puerta a evaluaciones subjetivas y discriminatorias, mientras que sus defensores sostienen que es una medida de eficiencia financiera. La tensión entre seguridad, economía y derechos humanos vuelve a colocarse en el centro de la discusión migratoria.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *