El ramo de seguros de vida se ha convertido en uno de los motores más dinámicos del sistema financiero mexicano, con crecimiento constante en la última década.

En los últimos diez años, este segmento creció 64%, impulsado por mayor conciencia sobre protección patrimonial y ahorro a largo plazo. Entre 2023 y 2024, las primas aumentaron 20%, según la AMIS.

Durante 2025, las aseguradoras pagaron más de 150 mil millones de pesos en coberturas, de los cuales 45 mil millones correspondieron a seguros de vida, destacó Carlos Gay, director de Vida de la AMIS.

El 87% de las primas de vida individual están vinculadas a productos de ahorro, como seguros educacionales y de retiro. Combinan protección financiera y rendimiento para generar tranquilidad y ahorro.

Actualmente, 14.12 millones de mexicanos cuentan con seguro de vida individual, equivalente al 22% de la población económicamente activa, detalló Roberto Vergara, presidente del Comité de Vida de la AMIS.

El sector mostró su rol estabilizador durante la pandemia, con pagos por siniestros que alcanzaron 188 mil millones de pesos, demostrando capacidad para sostener la economía ante crisis.

A pesar del crecimiento, persisten desafíos como la informalidad laboral y limitada capacidad de pago. Los microseguros y planes flexibles, con más de 17 millones de pólizas, ayudan a ampliar la cobertura.

La digitalización facilita cotizaciones y pagos en línea, pero la asesoría profesional sigue siendo clave para dimensionar correctamente la protección y evitar montos insuficientes.

El seguro de vida se reafirma como un instrumento de estabilidad económica, capaz de proteger a los hogares, fomentar el ahorro interno y fortalecer la resiliencia financiera en México.

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