El flujo de peregrinos rumbo a la Basílica de Guadalupe aumentó hasta 80 por ciento esta semana, lo que elevó la atención de los cuerpos de emergencia ante posibles incidentes carreteros.
Los equipos de auxilio informaron que la mayor cantidad de accidentes ocurre en la autopista México–Puebla, del kilómetro 76 al 18, con dirección a la capital del país.
También reportaron percances en la Puebla–Orizaba, especialmente entre el kilómetro 217 y el 262, en la zona conocida como las Cumbres.
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Detallaron que el paso por la ciudad de Puebla representa otro punto crítico, debido a la incorporación constante de vehículos hacia zonas industriales y accesos a Tlaxcala.
Indicaron que esta semana transitan más peregrinaciones provenientes de comunidades cercanas, ya que su trayecto requiere menos días para llegar a la Ciudad de México.
Las peregrinaciones de mayor distancia cruzaron desde la semana anterior, según explicaron los cuerpos de emergencia entrevistados durante el operativo preventivo.
Agregaron que muchos feligreses eligen rutas hacia los volcanes, pese al desgaste físico que implican, lo que incrementa el nivel de riesgo durante la caminata prolongada.
Otros prefieren avanzar por Paso de Cortés, considerado más pesado para caminar, pero menos peligroso que circular por la autopista bajo condiciones de tráfico intenso.
Los especialistas lamentaron el incremento de choques y atropellamientos, asociados a la falta de señalética y visibilidad adecuada para los participantes de las peregrinaciones.
Señalaron que muchos feligreses no portan chalecos reflejantes, lo que reduce su visibilidad al amanecer o atardecer y expone a los contingentes a riesgos significativos.
También advirtieron que algunos conductores manejan con exceso de velocidad y sin respetar distancias, lo que incrementa la posibilidad de accidentes graves en carretera.
Monserrat Dávila, quien participa anualmente en peregrinaciones laborales, comentó que ahora prefieren viajar directamente en camión hasta el Tepeyac para evitar riesgos innecesarios.

