El Congreso de Puebla aprobó este 4 de diciembre la Ley de Egresos 2026, un paquete financiero que redistribuye 131 mil millones de pesos para el próximo año y que incorpora al cablebús como nuevo sistema de transporte público en la entidad. Con 36 votos a favor, uno en contra y dos abstenciones, el Poder Legislativo avaló un documento que, aunque presentado como sólido y responsable, exhibió claros contrastes entre prioridades oficiales y recortes cuestionados.

De acuerdo con la Secretaría de Planeación, Finanzas y Administración, se realizaron reasignaciones por 215 millones de pesos, ajustes que —según el propio Ejecutivo— permiten fortalecer proyectos estratégicos sin comprometer el equilibrio financiero. No obstante, la oposición advirtió que ciertos recortes contradicen la narrativa de la 4T sobre bienestar social, señalamiento encabezado por la diputada Delfina Pozos, del PRI, quien denunció reducciones en rubros sensibles.

El presidente de la Comisión de Presupuesto y Crédito Público, Miguel Márquez, detalló que el gasto 2026 concentra recursos en seguridad pública, medio ambiente, infraestructura, campo, obra comunitaria y saneamiento de afluentes hídricos. Además, confirmó montos clave para los proyectos de mayor visibilidad política del estado. Entre ellos destaca el cablebús, que absorberá mil 515 millones de pesos, convirtiéndose en la obra más costosa del paquete.

A ello se suman:

  • Universidad del Deporte: 442.2 millones
  • Infraestructura hídrica: 423 millones
  • Ecoparque Flor del Bosque: 200 millones
  • Centro Integral de Rehabilitación y Especialidades: 150 millones
  • Astro Parque: 100 millones

Estos proyectos fueron calificados como prioritarios para fortalecer la movilidad, la competitividad urbana y la conservación ambiental, aunque para críticos representan un reacomodo político más que una estrategia integral de desarrollo.

Cablebús: nuevo sistema de transporte público

En un segundo punto de la sesión, el Congreso aprobó —con 33 votos a favor, uno en contra y cinco abstenciones— la reforma a la Ley de Transporte, incorporando oficialmente el cablebús como modalidad de transporte público. El sistema podrá ser concesionado y ya cuenta con una empresa asignada, lo que permite avanzar hacia la colocación de la primera piedra.

Con este aval, el estado suma una alternativa de movilidad vertical que promete reducir tiempos de traslado y conectar zonas de difícil acceso, aunque no se han detallado de forma pública los costos de operación ni los estudios de impacto urbano. Para especialistas, la inclusión del cablebús abre una discusión urgente sobre la planeación metropolitana y los efectos de invertir más de mil millones en un sistema cuya demanda real todavía no ha sido transparentada.

La aprobación simultánea del presupuesto 2026 y del cablebús marca un punto clave para la administración estatal, que apuesta por proyectos visibles y de alto impacto mediático. Sin embargo, el contraste entre prioridades y recortes anticipa un año donde la ejecución presupuestal será observada con lupa por organizaciones ciudadanas, especialistas y la propia oposición.

Con el arranque fiscal previsto para el 1 de enero de 2026, Puebla entra a una nueva etapa de inversiones estratégicas que podrían redefinir la infraestructura, el transporte y la movilidad del estado, siempre y cuando la planeación responda a necesidades reales y no únicamente a una agenda política de corto plazo.

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