Las cifras de la Fiscalía General del Estado (FGE) sobre las desapariciones forzadas en la entidad poblana no coinciden con la información que registran los colectivos. Esto se debe a que la dependencia integra sus estadísticas con base en denuncias relacionadas con otros delitos, confirmó María Luisa Núñez Barojas, representante del colectivo poblano Voz de los Desaparecidos.


En entrevista con este medio, la activista señaló que, aunque se han alcanzado ciertos acuerdos en las mesas de diálogo con el gobernador, Alejandro Armenta Mier, la fiscal general, Idamis Pastor, continúa mostrando omisión ante el fenómeno de las desapariciones; por ello, la dependencia mantiene prácticas dilatorias.


“Tenemos agentes del Ministerio Público, incluso dentro de la propia Fiscalía Especializada en Desaparición, que no hacen su trabajo, no avanzan en las investigaciones y únicamente están ahí, ocupando un salario, un puesto y una silla”, enfatizó la representante de Voz de los Desaparecidos.


En este contexto, Núñez Barojas afirmó que las búsquedas continúan en la zona conurbada del estado y destacó que todas las familias que aún buscan a un ser querido “siguen sin encontrar respuestas”.


“Las investigaciones no son efectivas, se retrasan en tiempos, no tenemos resultados; la mayoría de personas desaparecidas continúa sin ser localizada y las carpetas se siguen acumulando”, subrayó.


No obstante, la activista indicó que, según la FGE, por lo menos el 50% de las denuncias corresponde a personas que “afortunadamente no tienen relación alguna con el delito de desaparición, sino más bien con otros delitos”.
Explicó que estas personas son contabilizadas por la Fiscalía como “localizadas” dentro de sus estadísticas. Sin embargo, puntualizó que, en la mayoría de los casos, las personas son encontradas sin vida.

PERDER LA ESPERANZA

Durante una jornada de búsqueda con el colectivo Voz de los Desaparecidos, 24 HORAS conversó con María Elena Luna Sánchez, madre buscadora de Saúl Rojas Luna, joven desaparecido el 7 de septiembre de 2021 en Cuapiaxtla de Madero, cuyo paradero sigue siendo desconocido.


María Elena recalcó que la Fiscalía “de plano ya no nos pelan”, asegurando que sufren revictimización, son ignoradas, se burlan de ellas y además “de locas no nos bajan”.
La madre buscadora, quien viaja hasta tres horas desde Cuapiaxtla hasta Puebla para exigir respuestas, afirmó que la carpeta de investigación de su hijo permanece en el limbo y que cada vez que acude a la FGE se encuentra con autoridades ineficientes.
“Yo antes pensaba: en cualquier momento va a llegar, lo voy a encontrar, pero ya a cuatro años, todas las esperanzas se van agotando”, expresó.


No obstante, María Elena participa en las labores de búsqueda del colectivo para apoyar a sus compañeras y hallar cualquier indicio de vida de alguna persona no localizada, incluso si se trata de alguien a quien no conocen.

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