El uso de herramientas de inteligencia artificial (IA) entre estudiantes de bachilleratos oficiales en Puebla crece de manera acelerada, aunque no de forma equitativa. Mientras algunos jóvenes emplean estas plataformas para investigar, programar, redactar o estudiar, otros enfrentan limitaciones en el acceso a dispositivos, conectividad y capacitación, lo que profundiza la brecha digital dentro de las aulas, señaló la maestra de educación media superior, Sandra Rodríguez.

En entrevista, la docente explicó que en los planteles públicos el aprovechamiento de la IA depende, en gran medida, de las condiciones económicas de cada estudiante. “Hay alumnos que cuentan con computadora e internet estable y pueden acceder a plataformas de IA desde casa; sin embargo, otros dependen del teléfono celular o de los equipos escolares, que no siempre son suficientes”, indicó.

Aunque la inteligencia artificial puede convertirse en una herramienta de apoyo académico, también ha puesto en evidencia desigualdades estructurales del sistema educativo. En algunos grupos, los estudiantes con mayor acceso tecnológico presentan trabajos más elaborados y con mayor profundidad, mientras que otros quedan rezagados no por falta de capacidad, sino por la carencia de recursos y el contexto socioeconómico en el que viven.

Rodríguez detalló que el uso de estas plataformas no se limita a la elaboración de tareas, sino que también se emplea para resolver ejercicios, resumir textos extensos y preparar exposiciones. No obstante, advirtió que, sin una orientación adecuada, existe el riesgo de que los alumnos dependan excesivamente de la tecnología y no desarrollen habilidades de análisis, comprensión y pensamiento crítico.

Otro de los retos, añadió, es la falta de lineamientos claros sobre el uso de la IA en el nivel medio superior. En muchos casos, las decisiones quedan a criterio de cada docente, lo que genera confusión entre los estudiantes sobre qué prácticas están permitidas y cuáles pueden considerarse plagio.

La profesora subrayó que prohibir por completo el uso de la IA no es una solución viable, ya que se trata de una herramienta que forma parte de la vida cotidiana de las nuevas generaciones. En cambio, consideró necesario capacitar tanto a docentes como a estudiantes para un uso ético y responsable, así como fortalecer la infraestructura tecnológica en los planteles públicos.

Finalmente, advirtió que, si no se atiende la brecha digital, la inteligencia artificial podría convertirse en un nuevo factor de exclusión educativa. “La IA puede ser una gran aliada del aprendizaje, pero sólo si todos tienen las mismas oportunidades para acceder a ella”, concluyó.

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