La informalidad laboral en Puebla se mantiene por encima de la media nacional y deja a la mayoría de los trabajadores sin aguinaldo, vacaciones ni respaldo legal, situación que se agrava durante la temporada decembrina.
En Puebla, alrededor de 2.2 millones de personas laboran en condiciones de informalidad, carecen de protección laboral, beneficios formales y dependen por completo de la venta diaria para subsistir durante la temporada navideña.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (Enoe) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), cerca del 72% de la población ocupada en el estado no tiene acceso a seguridad social ni a prestaciones de ley.
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Tampoco cuentan con prestaciones laborales básicas, como aguinaldo o vacaciones pagadas, debido a que se desempeñan en actividades no registradas o sin protección institucional que respalde su relación laboral.
Según el Inegi, la informalidad laboral abarca a trabajadores por cuenta propia, personas ocupadas en micronegocios no registrados y empleados que, aun laborando para unidades económicas formales, no reciben seguridad social.
Esta situación implica que sus ingresos dependen de manera directa y constante de la actividad cotidiana que realizan. Asimismo, el organismo señala que la informalidad laboral en el estado se mantiene por encima del promedio nacional, estimado en 54.3% de las personas en edad de trabajar al primer trimestre del año.
De acuerdo con la Enoe, la ausencia de prestaciones laborales impacta directamente en la estabilidad económica de los trabajadores informales, quienes carecen de respaldo institucional ante enfermedad, accidentes laborales o la suspensión temporal de sus actividades.
Al cierre de 2025, las cifras del Inegi reflejan que la mayoría de la población trabajadora en Puebla enfrenta el mes de diciembre sin ingresos adicionales por concepto de prestaciones de fin de año.
Especialistas de la Universidad Iberoamericana Puebla confirmaron que la mayoría de los trabajadores no cuenta con un contrato formal, lo que los expone a vulnerabilidad, sin acceso garantizado a servicios de salud ni a un fondo de retiro. Sus ingresos y bienestar dependen exclusivamente del flujo de compradores y la demanda estacional.

