Siete menores migrantes fueron trasladados desde el aeropuerto de Miami hacia Guatemala, luego de quedar separados de sus padres por procesos de deportación en Estados Unidos.
Los menores, con edades entre tres y 15 años, crecieron en el estado sureño y varios nacieron en territorio estadounidense, pero la detención de sus padres modificó su realidad.
El caso de Andy, ciudadano estadounidense de seis años, ejemplifica la situación. Vivía con su padre en Lake Worth, hasta que un control policial terminó con su arresto por falta de estatus migratorio.
Tras permanecer en un centro de detención del ICE, el adulto fue deportado, dejando al menor ante la necesidad de volar hacia un país que no conoce.
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Situaciones similares enfrentan Franklin y Garibaldi, de tres y seis años, quienes también nacieron en Estados Unidos y fueron enviados con su padre deportado semanas antes.
El traslado fue coordinado por el Centro Guatemalteco-Maya, organización que ha logrado reunificar a cerca de 20 menores con familiares en Guatemala durante meses recientes, cubriendo boletos aéreos y apoyo legal.
Voluntarios acompañaron a los menores en el vuelo. “Es triste observar la incertidumbre y miedo en sus rostros”, expresó Diego Serrato, acompañante designado.
El contexto migratorio amplifica el fenómeno. Desde el 20 de enero, fecha del inicio del mandato de Donald Trump, se han registrado 605 mil deportaciones, según el Departamento de Seguridad Nacional.
De igual forma, 65 mil 735 personas permanecían bajo custodia del ICE al cierre de noviembre, de acuerdo con TRAC Immigration.
Para los menores, el retorno implica adaptarse a zonas rurales, con acceso limitado a servicios básicos. Además, algunos podrían abandonar la escuela por razones económicas, marcando una nueva etapa forzada.

