Las Serpientes
Por Ricardo Morales Sánchez /[email protected]
Cuentan los que saben que la polarización de grupos al interior del PRI por la renovación del Comité Municipal del partidazo ha llegado a tal extremo, que ahora en lugar de Javier Casique o Pepe Rocha, se maneja ya el nombre de Edgar Chumacero, yerno de la senadora Blanca Alcalá, para que se haga cargo de lo que queda del tricolor en Puebla capital.
Chumacero se ha convertido en el candidato más viable para hacerse de la dirigencia del PRI en la ciudad, luego de que el diputado federal y aspirante a la candidatura a la alcaldía, Víctor Giorgana Jiménez, vetara la posible postulación de Javier Casique, misma que se había cocinado mediante el consenso entre Juan Carlos Lastiri, Blanca Alcalá y el propio Doger.
El problema es que Casique no suma las voluntades de otros grupos al interior del priismo, por lo cual al relevo llega Edgar Chumacero, hombre de todas las confianzas de la senadora Alcalá, quien al parecer está dispuesto a tomar la encomienda de encabezar al partidazo rumbo a 2018.
Originalmente se había convenido que Javier Casique fuera como presidente al Comité Municipal y que Karina Romero Alcalá, hija de la senadora, fuera como fórmula a la Secretaría General, pero el embarazo de la regidora y esposa de Chumacero también complicó el tema.
Karina tiene ya seis meses de gestación y aunque camina bien, su próxima maternidad hace imposible que pueda estar de tiempo completo al frente de esta encomienda, por lo cual la situación cambió, lo que favoreció a su esposo.
Se dice que como compañera de Chumacero, para hacer dupla al frente del PRI municipal se contempla la participación de la diputada federal Xitlalic Ceja, conocida como la comadrita y consentida de la hermana del presidente Peña y de la actriz Anahí, esposa del aún gobernador de Chiapas, Manuel, El Güero, Velasco.
Ceja, esposa de uno de los mayores saqueadores de Puebla, el chiapaneco Lázaro Jiménez Aquino, sería la secretaria General del PRI y con esto quedarían salvaguardados los intereses de todos los grupos en pugna.
Así es como el PRI busca renovar sus cuadros, una vez que ha concluido el periodo de José Chedraui Budib al frente del comité municipal del ex partidazo, el cual tendrá todo un reto por delante rumbo a 2018, teniendo enfrente al morenogalismo y a Morena, que se ha comido la base priista en Puebla capital.
EL DELEGADO ES EL MENSAJE
Si el PRI creía tener alguna posibilidad de poder competir en 2018 por la gubernatura de Puebla, se puede decir que está prácticamente sepultada luego de que el CEN designó al zacatecano Marco Antonio Olvera Acevedo como nuevo delegado de este instituto político en Puebla.
El oriundo de Zacatecas sustituye a un verdadero paria, un cero a la izquierda, Rubén Cerda, cuyo mayor mérito fue abrirle la puerta a Los Zetas para poder entrar a Nuevo León, cuando fungió como secretario de Gobernación, y que vino a Puebla solo a emborracharse y a presumir sus conocimiento sobre poesía.
Olvera Acevedo tiene como su mejor referencia haber sido el primero en perder la gubernatura para el PRI en ese estado del norte del país. Vaya cartas credenciales.
Si el CEN del tricolor manda a un perdedor a coordinar los trabajos de este partido en Puebla es, sin duda, el reflejo de la indiferencia e incluso desgano con que el PRI nacional y Clavillazo Ochoa ven al priismo local.
El último delegado que vino a Puebla y realizó un buen trabajo fue el originario de Durango, Ismael Hernández Deras, quien entregó buenas cuentas al presidente Peña en el proceso electoral de 2015, cuando se ganó un buen número de diputaciones federales, obviamente negociadas desde Bucareli con el entonces gobernador Rafael Moreno Valle.
Deras recientemente fungió como delegado en el Estado de México, entidad donde entregó, a su estilo, buenos resultados.
El delegado, sin duda, es el mensaje para el priismo poblano, mismo que seguramente se sentirá más solo que nunca, luego del perdedor que les enviaron para coordinar los trabajos rumbo a 2018.
