Las Serpientes
Por Ricardo Morales Sánchez /@riva_leo
Puebla ha comenzado a resentir el efecto de la situación geográfica donde se encuentra, ya que está rodeada por entidades como Veracruz, Morelos, Guerrero y Oaxaca, mismas que presentan muchos problemas de inseguridad, así como de inestabilidad social.
La entidad empieza a sufrir los efectos de lo que se conoce en el argot policiaco como efecto cucaracha, es decir, la delincuencia organizada comienza a huir de otros estados y se traslada a Puebla, con todas las consecuencias que se han visto en los últimos días.
Una muestra de ello es la muerte de Ricardo Pacheco Tello, mejor conocido como El Quino, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación en la zona de Veracruz, ejecutado por la Marina Armada de México mediante operativo realizado el pasado viernes en la población de Chipilo, ubicada sobre la carretera federal a Atlixco.
Tradicionalmente Puebla ha sido refugio de grandes capos. Aquí, en San Andrés Cholula cayó en 2002 Benjamín Arellano Félix, jefe del Cártel de Tijuana; más tarde, en 2010, Sergio Villareal Barragán, mejor conocido como El Grande, quien vivía en el exclusivo fraccionamiento La Puerta de Hierro; el mismo Chapo, Joaquín Guzmán Loera, estuvo a punto de ser capturado dos veces en la Angelópolis, al igual que Arturo Beltrán Leyva, alias El Barbas, quien se enfrentó a policías de Puebla y huyó en helicóptero de la ciudad rumbo a Cuernavaca, donde fue abatido por la Marina Armada de México.
En Puebla se refugiaban las familias de los grandes capos de México por la tranquilidad con que se vivía y la seguridad que había en la Angelópolis.
Pero ahora el efecto cucaracha, al parecer, ya comenzó a contaminar a la entidad, la cual se infectó de la delincuencia que rodea a demarcaciones circunvecinas, principalmente al estado de Veracruz, que desde hace años resiente en su territorio la operación del crimen organizado.
Una buena parte de la incidencia delictiva que registra Puebla se debe a este efecto, el cual ha comenzado a hacer estragos en una entidad que antes presumía de ser una de las más seguras del país.
El blindaje que existía se perdió, aunque no del todo, aún se está a tiempo de poner las cosas en orden y en gran medida fue muy acertada la decisión del gobernador Gali de ir a fondo en la lucha contra el huachicoleo, situación que amenazaba con desbordarse.
Se espera que en los próximos días el Ayuntamiento de Puebla, que encabeza Luis Back Serrato, cierre el círculo en torno a este tema y se comiencen a ver los primeros resultados.
MANZANILLA, APOCALÍPTICO
Un mensaje el pasado fin de semana llamó poderosamente la atención en la red social Twitter.
El emisor del mensaje era el ex secretario General de Gobierno de la pasada administración, Fernando Manzanilla Prieto, hombre hábil e inteligente, quien opera hoy dentro de las filas de Andrés Manuel López Obrador.
El mensaje decía así: “En un estado de transición todo está en riesgo y la realidad se vuelve más caótica. Se están transformando las arterias que canalizan las energías del sistema.
“Creo que esto seguirá empeorando en Puebla y en México, aunque Puebla es clave, por su tamaño, por su papel histórico en las transformaciones que ha vivido el país, incluso energéticamente.
“Por eso no es raro que en este proceso que apenas comienza Puebla se convulsione. Estamos apenas en el inicio de un renacimiento. Esto implica muerte de lo viejo y vida a lo nuevo.
“Hoy más que nunca tenemos la enorme posibilidad y responsabilidad de imaginar y construir lo nuevo con fe, esfuerzo y esperanza”.
Hasta aquí el apocalíptico mensaje de Fernando, a la Nostradamus.
