El Loco, el Bukanas, el Toñín, la Negra, los Cuautle y el Cuije manejan con mano dura trasiego de combustible robado; además, también extorsionan a comerciantes y otros chupaductos
Por Guadalupe Juárez
Son seis, todos prófugos, quienes han corrompido autoridades locales, convencido a familias completas de dar la vida por ellos a cambio de un sueldo y ayuda. Su estancia en comunidades del estado de Puebla ha desatado violencia, enfrentamientos, explosiones, robo de vehículos y asesinatos. Son seis las principales cabecillas de bandas de robo de combustible que operan en la entidad.
Se trata de Óscar García Téllez El Loco, Roberto de los Santos de Jesús El Bukanas, Antonio Martínez Fuentes El Toñín, Arely Pérez Juan La Negra, Los Cuautle y Pedro Martínez Gómez El Cuije.
El último líder huachicolero identificado por las autoridades fue Óscar García Téllez, El Loco, quien había sido detenido en dos ocasiones por robo de vehículos y asaltos a gaseras entre 2013 y 2014; en una ocasión por autoridades de Tlaxcala y en la segunda en San Martín Texmelucan donde opera –lo mismo que en Huejotzingo–, reveló Jesús Morales Rodríguez, secretario de Seguridad Pública (SSP), durante una entrevista para el programa En Punto, con Denise Maerker.
El funcionario estatal explicó que El Loco quedó en libertad el año pasado y en meses recientes recuperó el liderazgo de su banda, la cual –dijo– tienen plenamente identificada y pronto serán capturados.
Texmelucan, con más perforaciones a ductos
Cifras oficiales de Petróleos Mexicanos (Pemex) colocaron al municipio de San Martín como la demarcación con más tomas clandestinas, con las que superó a los que conforman el triángulo rojo, ya que concentra 42 de las 229 perforaciones ilegales detectadas en el primer bimestre de este año.
Cabe destacar que Texmelucan quedó marcado por la tragedia del 19 de diciembre de 2010, cuando una toma clandestina explotó dejando un saldo de 30 muertos, 52 heridos y 32 casas destruidas; a pesar de ello, según versiones periodísticas, hay varias bandas locales dedicadas a la ordeña que operan en la zona sin que sean detenidas.
La negra y los Cuautle
A escasos kilómetros de ahí, la líder huachicolera Arely La Negra, una mujer de aproximadamente 30 años, ha reclutado a menores de edad como halcones, a pobladores como chupaductos y cooptado a policías municipales, elementos de la fuerza especial de Pemex y a elementos del Ejército, según habitantes de San Francisco Tláloc, en San Matías Tlalancaleca, quienes se unieron para intentar sacar del lugar a esa banda delictiva.
La Negra –junto a su hermano El Salinas– administra las perforaciones del ducto ubicado en San Matías Tlalancaleca. Sin ser vinculados con algún cártel del narcotráfico, los hermanos operan la zona al cobrar a otros huachicoleros dos pesos por cada litro que sacan, además de 500 a los pobladores por recoger con cubetas o garrafones el combustible derramado de las tomas clandestinas, confirmó el Gabinete de Seguridad del estado de Puebla.
Otro de los grupos que opera en en San Martín y Huejotzingo es la familia de apellido Cuautle, involucrados en 2012 en la muerte de dos empleados de Pemex; son originarios del municipio Juan C. Bonilla y cuyo jefe era Claudio Cuautle Tepale. Testimonios anónimos indican que sus familiares continúan con la misma actividad.
El Triángulo rojo
A pesar del asesinato de tres agentes de la Fiscalía de Secuestro y Delitos de Alto Impacto (Fisdai) El Bukanas, también identificado como El Z por sus ligas con el Cártel de Los Zetas, sigue sin ser aprehendido y –según testimonios – todavía opera en Atzitzintla, Esperanza, Tehuacán y Ciudad Serdán.
Oriundo de Veracruz, Roberto de los Santos de Jesús se refugió en La Encrucijada, en Palmar de Bravo. Ahí, en uno de los bastiones del robo de combustible, instaló un autolavado que serviría de fachada para su centro de operaciones como líder huachicolero.
Su historia, difundida por el periódico El Universal, señala el miedo al que sometía a los pobladores, quienes lo describen en todo momento como una persona violenta, al grado de despojarlos hasta de sus viviendas.
Sin embargo, en marzo de este año fue identificado por las autoridades estatales en Atzitzintla, donde gozaba de protección, pero al ser detectado huyó de la zona.
De acuerdo con información de las autoridades, una banda se disputa el control de la zona. Se trata de Antonio Martínez Fuentes El Toñín, relacionado con el Cártel Jalisco Nueva Generación, responsable del enfrentamiento registrado el pasado 3 de mayo entre militares, pobladores que protegían a ladrones de combustible y los mismos chupaductos.
El Toñín opera, al igual que Rusibiel Vargas Hernández El Ruso y Gustavo Adolfo Jiménez Martínez El Vieja, quienes controlan Palmarito Tochapan –junta auxiliar de Quecholac–, Palmar de Bravo, Acatzingo y Acajete.
Por último Pedro Martínez Gómez El Cuije, quien opera de este epicentro de robo de hidrocarburo en Huehuetlán El Grande, donde su actividad ilícita se diversifica con la extorsión a comerciantes y huachicoleros. A él se le atribuye, el pasado domingo, la muerte de ocho personas que se negaron a pagarle sus cuotas, por los que tres fueron ultimados a balazos, cinco más secuestrados y luego calcinados.
