Crónicas del Tercer Piso

Por Alejandro Bonilla Garduño / @AlexBonillaG

Don Manuel Bartlett Díaz, ex gobernador de Puebla y ex secretario de Gobernación, el último que se mantuvo en dicho puesto un sexenio completo (con Miguel de la Madrid), pareciera aplicar la máxima del barrio: si no me acuerdo, no pasó.

Yo era muy pequeño cuando en aquella elección de 1988 fue “electo” Presidente el enemigo público número uno de los mexicanos: Carlos Salinas de Gortari, así que la escasa o mucha información que tengo al respecto es por noticias, documentales y opiniones de especialistas en el tema.

Don Manuel ¿de verdad ignoraba lo que sucedió en una elección que su dependencia controlaba? No, no estamos hablando del uso de un vehículo oficial para hacer pequeños mandados a un funcionario de medio pelo, estamos hablando de la sucesión presidencial (misma que le fue negada a nuestro personaje) y continuaría el partidazo en la cumbre del poder en nuestro país.

¿Por qué no salió a declarar esto hace casi 30 años? ¿Por qué no renunció a su cargo ante las manifestaciones de repudio, encabezadas por el mismo Cuauhtémoc Cárdenas? ¿Por qué no rechazó la candidatura del PRI a la gubernatura del estado? ¿Cómo creerle a un personaje que si algo le ha caracterizado en su labor pública es estar enterado de todo lo que pasaba?

Ahora Don Manuel vocifera como arcángel de la democracia.

Manuel Bartlett es un apóstol del pueblo.

¡Yo no le creo nada! ¿Usted sí?

Y a todo esto ¿Qué dirá el jefe político de Don Manuel? A López Obrador parece que no hay terremoto alguno que le mueva un pelo.

Escándalo tras escándalo le han pegado a Andrés Manuel López Obrador y él se mantiene  como el puntero en la carrera presidencial.

Escándalos como el creado por Manuel Bartlett ¿realmente benefician a Morena? ¿Lo perjudicarán en la carrera presidencial?

Y luego ver enfundados con la casaca de Morena a ciertos personajes, quienes parecieran que la palabra oportunista los define claramente: Alejandro Armenta, Javier López Zavala, José Juan Espinosa, Miguel Barbosa más los que se sumen en los próximos meses.

Si no me acuerdo, no pasó: no sucedió que usaba el partido que mi padrino político (Dante Delgado) me dio y usaba a mi antojo, cobrando a los militantes y siendo yo siempre el primero en la lista plurinominal y claro, después lo abandoné subiéndome al tren llamado Morena.

No, no sucedió que fui candidato del PRI al gobierno de Puebla y que fui (¿soy?) el fiel escudero del que, probablemente, es el peor gobernador de la historia, acusado de cuanta barbaridad se le ocurra.

No, no sucedió que soy diputado federal por el PRI, que busqué sin éxito la candidatura a la gubernatura hace apenas unos meses y ahora tengo un disfraz de demócrata.

¡La danza de los chapulines ha iniciado!

Sí, si no me acuerdo, no pasó.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *