La Entrega
Por Adrián Ruíz / [email protected]
El Ayuntamiento de Puebla emprendió medidas para mejorar la ciudad en beneficio de los poblanos. El camino es largo y sinuoso, pero se dieron los primeros pasos.
Aunque la depuración en la capital implica el esfuerzo de las autoridades y voluntad de los habitantes, el inicio parece prometedor.
Contar con un censo de cerrajeros y franeleros disminuirá el robo de autopartes y asaltos a transeúntes. Delitos que a diario se cometen en el primer cuadro de la ciudad.
Otra acertada medida será prohibir la venta de bebidas alcohólicas en tiendas de conveniencia después de la medianoche. Ingerirlas, en su mayoría, propicia accidentes vehiculares.
Como en todo existen los peros. Entre los que deberá poner atención es precisamente en la venta de alcohol fuera del horario establecido para bares y antros de vicio nocturnos.
Alguien engaña al Ayuntamiento con el “supuesto” combate a negocios que funcionan después de las 03:00 horas como lo establece el reglamento.
En días pasados, el Ayuntamiento cerró seis lugares que violaron el horario. La cantidad de antros clausurados es risible para quienes conocemos la vida nocturna en Puebla.
En el surponiente de la ciudad en los establecimientos que funcionan hasta “morir” se observa cómo salen hombres y mujeres ebrios por las mañanas después de las 07:00 horas.
En los tugurios que están sobre el bulevar Norte, por la Capu y China Poblana, así como el Centro Histórico justo en la 15 Poniente y 11 Sur en el antro 40 grados se brinda servicio hasta las 08:00 horas.
Algunos de sus funcionarios llenan sus bolsillos de billetes con el “permiso” y complacencia para el funcionamiento de los antros.
REPORTE DEL INFORMANTE
Daño colateral. El escándalo suscitado en el restaurante la Silla de la 43 Poniente, entre el comensal Christian y el juez primero de lo Civil, Marco Antonio González Alegría, quien supuestamente perdió la oreja izquierda, trajo consecuencias negativas para el lugar.
La notoria disminución de clientela obligó a prescindir de algunos trabajadores, quienes sin deberla pagaron las consecuencias.
Antes del vergonzoso comportamiento, si se quería disfrutar del mejor cabrito en Puebla, había dos opciones. La primera era hacer reservación, y la menos recomendable llegar y esperar turno.
Para quienes rechazamos el tabaco y alcohol era más complicado porque el espacio que era destinado para los no fumadores cuenta con cinco mesas.
