Durante la administración de Javier Duarte, el sector salud fue el área donde más actos de corrupción sucedieron, pues cuenta con 23 denuncias penales e inversiones de dinero en obras negras

 

Traspatio

Por Luis Pavón / @pavonlui

EL circo veracruzano todos los días se renueva: la llegada de Javier Duarte a México, la solicitud de tener fe en la Procuradoría General de la República (PGR) y hasta en el actual gobernador de Veracruz, quien no quiere quedar fuera de los reflectores y abanderar la causa.

Javier Duarte de Ochoa duerme en una cárcel mexicana, en el Penal Pacho Viejo de Veracruz, ahí se ha ido reuniendo parte de su ex gabinete.

Javidú está en una prisión distinta, lejos de sus colaboradores, quienes también fueron encarcelados. Juntos pero no revueltos en el tema de los desvíos de recursos.

Sin embargo, no son todos los que están, ni están todos los que son.

Son seis los altos funcionarios de Duarte que han sido aprehendidos: un empresario, dos diputados federales con solicitud de desafuero y dos ex secretarios de su ex gabinete que buscan un amparo para evitar ser detenidos.

El primero en caer fue Arturo Bermúdez Zurita, secretario de Seguridad Pública.

A la lista se sumaron: Francisco Valencia García, secretario de Comunicaciones y director de la Comisión Estatal de Aguas. Mauricio Martín Audirac, de Finanzas. Flavino Ríos, secretario de Gobierno y gobernador interino. Gina Domínguez Colio, coordinadora de Comunicación Social. Isaías Alonso Salas, sub director de la desaparecida Comisión de Espacios de Salud.

La sorpresa ha sido el arresto del empresario de la construcción César Augusto Morando, quien recibió un contrato millonario para la Torre Pediátrica en el puerto de Veracruz. Obra que fue abandonada y el material usado es de mala calidad, según la acusación de la Fiscalía.

La otra noticia fue que ya pidieron el desafuero de otro diputado federal: Alberto Silva Ramos, quien fue secretario estatal de Desarrollo Social y dos veces coordinador de Comunicación Social.

El otro diputado en la misma situación es Tarek Abdalá Saad.

Mientras que los ex secretarios de Finanzas, Antonio Gómez Pelegrín, y  de Salud, Juan Antonio Nemi Dib, solicitaron un amparo para evitar ser detenidos.

Y es que en el caso del sector Salud es donde la corrupción sucedió a diestra y siniestra.

Incluso la secretaría federal de Salud ha interpuesto 23 denuncias penales.

A eso súmele el desperdicio de dinero en obras negras destinadas a ser unidades médicas, centros de salud y hospitales.

El gobierno de Javier Duarte dejó 140 obras inconclusas a pesar de que contó con los recursos para su construcción, según un informe de la Secretaría de Salud estatal.

Hablamos de dos mil 525 millones de pesos tirados a la basura. Bueno, quién sabe, habría que checar a qué bolsillos fueron a parar.

Aquí le van algunos ejemplos de lo que documenté la semana pasada:

La obra del nuevo hospital de Perote fue abandonada en 2015. Tenía un costo proyectado de 116 millones de pesos. Se construyó lejos de la zona urbana y a 50 metros del canal de aguas negras de la ciudad.

Ahora esa obra no se puede reanudar porque la Cofepris no permite que se haga ese hospital hasta que no se resuelva el tema del canal de aguas negras, me dijo Irán Suárez, secretario de Salud de Veracruz.

La construcción vendría a dar un respiro al actual nosocomio, el cual está rebasado en la demanda de servicios.

Hablé con el director del actual hospital de Perote, Gerardo Fernández Mayo, y esto fue lo que me dijo: “Al ser un hospital tirándole a tercer nivel, el nivel resolutivo de lo que es Perote y la zona mejoraría de manera importante. Duplicaríamos el número de camas y evidentemente el personal en todas las áreas”.

De Perote viajamos a Nautla, en la costa veracruzana. La Unidad de Atención Ambulatoria en obra está ubicada sobre la carretera, a cinco kilómetros de la ciudad, no hay infraestructura en los alrededores.

La obra proyectada en 70 millones de pesos fue suspendida en 2013 por falta de pago al constructor.

El avance de la edificación de la unidad médica es visible, debido al abandono empezó a ser objeto de rapiña, hay chapas forzadas y en el lugar se pueden observar hasta latas de cerveza o machetes.

La obra significa la diferencia en el servicio médico actual de Nautla, el cual consta  únicamente de un centro de salud con un solo consultorio, donde atienden hasta las 15:00 horas.

Cerca de Nautla se ubica Misantla, parte alta del estado.

135 millones de pesos era el costo proyectado para el hospital de Misantla. Es una de las obras más atrasadas, lleva sólo 24% de avance.

Se construyó en un terreno lejos de la zona urbana, donde se accede por una estrecha calle de terracería. En los suburbios no hay drenaje ni energía eléctrica, según la Secretaría de Salud estatal.

El constructor dejó la obra porque el gobierno de Duarte no le cumplió el pago del anticipo. El estado físico de la edificación está considerado en malas condiciones.

Y mire usted, el actual secretario de Salud en Veracruz, Irán Suárez, afirmó que muchas de esas obras se hicieron a capricho, sin planeación y sin la cédula de autorización de la dependencia federal.

Cuestionó el destino del recurso que fue ejercido para esas obras.

“Tenemos detectado que en muchas de las obras se dio un anticipo que casi siempre representaba entre 70 y 75% del monto total de la obra. Pero en realidad lo que se ejerció en muchas de ellas sólo fue 40%, el cual fue dado”, destacó.

Uno de esos casos es la torre pediátrica en el puerto de Veracruz, donde se aprehendió al constructor por abandonar la obra a pesar de haber recibido el dinero del contrato.

Juan Antonio Nemi Dib, quien fuera secretario de Salud durante la administración de Javier Duarte me dijo en mayo pasado que esa obra no tiene razón de ser.

“Cuando llegué, le presenté un informe al gobernador, de que era un proyecto inviable, costoso. Que era un procedimiento mal hecho de construcción y que a mi parecer había que replantearlo”, señaló.

Hoy, Juan Antonio Nemi Dib busca un amparo para evitar ser detenido ante la orden de aprehensión que hay en su contra.

No cabe duda que el sector salud de Veracruz fue el que más endeudado dejó el gobierno de Javidú.

Le van otros ejemplos de corrupción: compró medicamentos falsos, fue el caso de 21 ampolletas de quimioterapias del producto que no era y 70 mil pruebas de VIH sin registro sanitario.

Otra anomalía fue el uso de ocho mil millones de pesos procedentes del Seguro Popular, dinero que estaba destinado a mejorar los servicios de salud del estado y se dejaron de ejercer durante la administración duartista.

“Fue enviado pero nunca llegó a la Secretaría de Salud, se quedó en la Secretaría de Finanzas y nunca supimos a dónde fue a dar”, dijo el titular estatal de Salud.

A todo lo ocurrido, ya se sumó la secretaría federal de Salud, la cual urgió a la PGR que acelere las investigaciones sobre el tema.

¿Lo harán? La respuesta está en el aire. Pero mientras, seguiremos viendo más funciones del circo veracruzano en lo que llegan las quintanarroenses.

Ah, y si tienen dudas acerca de que Duarte salga libre, le aseguro que no. Por lo menos hasta que acabe este sexenio no sale. Sería el auto tiro de gracia que se diera el gobierno federal.

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