La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

Víctor Manuel Giorgana pidió la palabra y no dudó en destapar a José Antonio Meade durante el acto efectuado en la Ciudad de México entre cincuenta diputados federales priistas.

¿Tema?

Presupuesto 2018.

En la mesa principal se hallaban Meade, César Camacho (a su derecha) y Jorge Estefan Chidiac (a su izquierda).

El diputado Giorgana espero el momento, se frotó las manos y pidió la palabra.

El tema era más técnico que político.

Palabras más, palabras menos, celebró que en la 22 Asamblea Nacional del PRI se hayan abierto los candados, lo que permite que un personaje como el secretario de Hacienda pueda convertirse en el candidato del Partidazo a la Presidencia de la República.

Todos se miraron entre sí y aplaudieron.

Entonces sobrevino la cargada.

Uno tras otro se sumaron al destape.

Al final, las selfies no escasearon.

En una de ellas, Giorgana casi toca el hombro izquierdo de quien cada vez parece más ser el Hombre, el Tapado, el Innombrable.

 

El Candidato de MORENA a Casa Puebla (Retrato Hablado)

 

Si las encuestas terminan siendo el método a través del cual MORENA elegirá a su candidato a gobernador en Puebla, el senador Miguel Barbosa y el diputado Alejandro Armenta serían los únicos finalistas.

Ante la panda de inútiles que tienen enfrente, estos dos políticos profesionales son quienes cuentan con auténtico capital para contender en julio de 2018.

Barbosa es todo un caso.

De ser un abogado exitoso en Tehuacán, y tras enfrentarse al cacicazgo de Amador Hernández, llegó a Puebla y se convirtió en dirigente de un dividido y pulverizado PRD.

Eran los tiempos en que este partido político era conocido como el Bronx y las tribus buscaban despeñarlo a como dé lugar.

Varios de sus integrantes, cómo olvidarlo, cobraban en el gobierno de Manuel Bartlett a través de la ventanilla única que atendía Mario Marín Torres en Gobernación.

Barbosa fue impulsado en un primer momento por Jorge Méndez, compadre y cómplice de René Bejarano —el tenebroso Señor de las Ligas—, pero una vez en la silla perredista se ligó a los célebres Chuchos, quienes lo cobijaron de inmediato.

Convertido ya en diputado federal a principios del sexenio del Caballero de la Triste Figura —Vicente Fox—, nuestro personaje se metió de tal forma en la política nacional que terminó siendo el más productivo de su legislatura.

Cuando nadie hablaba de transparencia, él puso el tema sobre la mesa.

Con el paso del tiempo se convirtió en el coordinador nacional de Nueva Izquierda y se fue ganando un liderazgo entre los perredistas.

Su llegada al Senado —y sobre todo a la Presidencia de la Mesa Directiva— le dio un giro a su vida.

Y es que a partir de entonces se relacionó con la clase política nacional.

Cuentan que el presidente Peña Nieto lo invitaba constantemente a Los Pinos.

Las invitaciones de Bucareli no escasearon.

Entre las amistades que forjó en ese lapso destacan dos nombres: José Antonio Meade y Aurelio Nuño.

Barbosa fue un crítico brutal de Andrés Manuel López Obrador en varios momentos.

Le irritaban su mesianismo y ese tufo conservador en sus discursos.

Luego de sufrir una enfermedad que lo llevó a perder el pie derecho, Barbosa se reincorporó al Senado.

(Casi al mismo tiempo López Obrador fue víctima de un infarto al miocardio).

El azar los juntó una vez que el hoy dueño de MORENA acudió al Senado a entregar su propuesta de consulta energética.

Raúl Cervantes y el resto de la Mesa Directiva lo recibieron.

Barbosa le pidió a Cervantes que le permitiera saludar a López Obrador.

Un abrazo marcó el encuentro.

Y estos cruces de palabras:

—¡Miguel! Qué gusto verte. ¿Cómo vas de salud?

—Muy bien, Andrés. ¿Y tú cómo andas?

—Mucho mejor. Cuídate mucho. Eres muy valioso.

Algo se empezó a mover en Barbosa tras ese diálogo.

Y lo que ahí se sembró germinó cuando tomó la decisión de romper con el PRD e integrarse a MORENA.

A nadie le consultó del lado lopezobradorista su apoyo público al mesías tropical.

El primer sorprendido fue el propio AMLO.

El escándalo que sobrevino blindó a Barbosa, pues a pesar de que perdió la coordinación parlamentaria del PRD en el Senado, se llevó a una docena de senadores a los brazos de MORENA.

Manuel Bartlett, a la sazón coordinador de una enflaquecida bancada del PT, les tuvo que abrir las puertas y terminó siendo rebasado.

Y es que pese a que Barbosa quedó como vicecoordinador, en la vida real es quien se sienta con los integrantes de la poderosa Junta de Coordinación Política.

Bartlett, ya se sabe, sólo trabaja para él.

Siempre lo ha hecho así.

Su conducta no ha variado.

Es él y su circunstancia.

Él y sus intereses.

No ayuda a nadie.

Y es desleal con todos.

(Y esto lo cuentan sus ex amigos).

Barbosa es hoy quien cuenta con aliados poderosos que lo pueden ayudar en el momento clave.

Es, pues, de entre los morenistas quien puede dar la mejor batalla por Casa Puebla.

(Mañana: Alejandro Armenta y sus posibilidades).

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