El juego de Fernando Manzanilla
Sabedor de que es uno de los peor calificados en los sondeos de opinión, donde nunca pudo crecer pese a estar montado en el aparato estatal, Fernando Manzanilla Prieto se alista para buscar una candidatura al Senado por la vía plurinominal. Así como lo lee: No es por el camino de la elección en tierra como crecerá y tampoco es un político con estructura. Cuenta, a lo mucho, con una capacidad de análisis y mano dura que no dudó en aplicar siendo secretario General de Gobierno. Por eso no se inscribió en la lista para ser medido para gobernador. No puede, no pudo y ni podrá. Ese es el tamaño del cuñado incómodo. ¿Será?
Posicionamiento urgente
Ahora que Luis Miguel Barbosa Huerta dice que ganará en la encuesta que aplicarán para escoger al abanderado de Morena, desde este espacio le exigimos que de una vez por todas fije su postura respecto a la construcción de proyectos hidroeléctricos en la Sierra Negra –AMLO y sus secuaces le llaman proyectos de muerte– para dotar a la minera Autlán de electricidad. La definición es, no sólo necesaria, sino que es obligación del partido exigirla si es que de verdad lo elegirán como su candidato, pues sería un absoluto contrasentido. ¿Será?
Lalito clavó un clavito
Eduardo Rivera Pérez no tardó en traernos malas noticias. A su inminente imposibilidad de participar en 2018 y hacerse la víctima política del morenogalismo –cuando años atrás fue el verdugo de Luis Paredes Moctezuma, por ejemplo– ahora nos enteramos que durante su gestión como presidente municipal le autorizó la instalación de una gasolinera a El Cachetes, pez gordo y empresario ligado al líder huachicolero Antonio Martínez Flores, El Toñín. Ni modo, a Lalito no le quedará otra más que dejar de hacerse la víctima y explicar cómo fue el proceso de autorización. ¿Será?
Violencia contra la mujer
Un dato que no debe pasar desapercibido es el resultado de la más reciente Encuesta Nacional sobre la Dinámica en las Relaciones de los Hogares, realizada por el INEGI, la cual demuestra que en la última década las diferentes formas de violencia hacia la población femenina han disminuido, no así las agresiones físicas. En otras palabras, la gravedad de los ataques se recrudeció. Según el estudio, mientras en 2006 27.6% de las encuestadas reportó ataques físicos, 10 años después la cifra creció 34.9%. El dato es no sólo escandaloso, sino preocupante. ¿Será?
