Crónica del Tercer Piso
Por Alejandro Bonilla Garduño / @AlexBonillaG
Como el célebre título de Eduardo Galeano, el mundo (México) está “patas pa’ arriba”.
Al menos en el mundo de la política, por los que toman las decisiones trascendentales y con ello, ansían el poder como sea.
¿Qué pensaría don Manuel Gómez Morín y Heberto Castillo al ver juntos en las boletas electorales a sus respectivos partidos políticos? ¿Qué pensarán esos militantes reales de cada uno de sus partidos al ver cómo la ideología vale cero cuando se trata de obtener el poder?
¿A quién beneficia el Frente Amplio Democrático formado por PAN, PRD y MC? ¿El gran perdedor será el PRI? ¿Morena es el objetivo a vencer?
¡Los juegos del hambre han iniciado!
Las traiciones comienzan desde ahora: el control de la mesa directiva del Senado de la República, la designación del Fiscal (#FiscalCarnal dicen algunos), el “estira y afloje” por parte de Ricardo Monreal, Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle, Beltrones, de los perredistas que se quieren y de los que consideran quedarse.
Y como punto medular: México y su gente.
México no debiera ser un botín político. El cuerno de la abundancia tendría que satisfacer a todos, no a ciertas fauces que no lo consideran suficiente jamás.
Parece, porque así lo muestran las evidencias, que da igual sacrificar la ideología política –¿Y la dignidad?– con tal de quitar a un partido político del poder y eliminar, claro, al candidato que según encuestas es el puntero para 2018. Parece que en realidad no hay ideología definida en ningún partido.
Los que se dicen de “derecha” se alían a su enemigo natural ideológico de izquierda; el que habla de transparencia y eliminar los vicios de “la mafia del poder” hace encuestas a modo de una candidata previamente elegida por el líder; los que ostentan el poder federal hacen acuerdos en lo “oscurito” con los de derecha o izquierda o cualquiera que les beneficie y ayude a ocultar los varios escándalos en los que están metidos. Y “la chiquillada” contempla los diferentes escenarios para saber ubicarse en el momento oportuno con aquellos que le garantizarán el dinero y el registro, claro.
Ideología de tres pesos
El consuelo que tenemos los ciudadanos es nulo. Miles de millones de pesos serán desviados para comprar conciencias, favores, votos, lealtades. Más de 50 millones de pobres verán cómo se convertirán en más y más pobres de lo que ya son, mientras que los discursos hablarán de que cada vez son menos los pobres y los programas sociales llegan a todos sin condicionar el voto.
México es hoy el gran pastel y los invitados son los partidos políticos. Pero recuerden que al dueño de la casa siempre le tocará la mejor parte.
¡Pobre México!
