Datos proporcionados por las autoridades señalan que el sismo del martes dejó ocho muertos en la ciudad
Por Ilse Contreras
A Iván de Jesús Martua Escobar, de nueve años, le cayó parte del techo del salón de clases encima. A dos días de que el sismo hiciera añicos el centro de la ciudad de Atlixco, sus familiares lo velan. La madre prefiere guardar silencio, mientras su padre, ciego, sólo recibe abrazos y el pésame de los asistentes.
El menor, hijo único, intentó escapar con sus compañeros del Colegio del Valle de Atlixco; sin embargo, ese fue el último día que lo verían maestros y amigos.
El luto y el dolor acompañan las flores que rodean los féretros. Fátima Vanessa Citalán Galindo, de siete años, también murió cuando le cayó una barda en la calle Nicolás Bravo después que la tierra se sacudió.
En las capillas 1 y 2 ambos menores fueron despedidos por sus familiares en una misa de cuerpo presente en la funeraria Garcés, entre flores blancas y globos, para luego sepultar sus restos en el panteón municipal.
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De acuerdo con lo declarado por el director de Seguridad Pública y Gobernanza municipal, Javier Machuca Vargas, el sismo de 7.1 dejó ocho muertos en Atlixco: Trinidad Tapia Máximo tenía 97 años cuando el derrumbe de un edificio acabó con su vida; Carolina Ladrón de Guevara Gutiérrez, de 60, quedó atrapada cuando laboraba en una tienda.
Teodulo Victoria Faustino, de 54 años, era de la comunidad de Magdalena Axocopan y trabajaba como albañil; Yendi Victoria Millán Rodríguez, de 38, falleció cuando lo aplastó un poste.
Diana Canseco Mena y Érika Caro Escalona, ambas funcionarias del gobierno municipal, murieron atrapadas dentro del antiguo convento de El Carmen.
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Hasta ayer, las calles del Pueblo Mágico permanecían acordonadas por la caída de varios edificios aledaños al Zócalo. Con el silencio que a ratos se hace y aún con un olor a polvo de los escombros, los vecinos se reúnen para hacer un recuento de los daños, tomar fotografías y otros aprovechan para llevarse pertenencias de sus casas.
Tres integrantes de una familia que vivía en la 2 Oriente y Libertad van por su perico y botes de yogurt que quedaron en la tienda que tenían dentro de su hogar. ¿Hasta cuándo regresarán? Tenían que esperar 48 horas desde el martes para obtener una respuesta; sin embargo, resignados, deciden ir con familiares a la unidad habitacional Infonavit, que también sufrió afectaciones a consecuencia del sismo.
El mercado local también está cerrado; los vendedores expenden en las calles pues la mayoría de los comercios bajaron sus cortinas, excepto algunas zapaterías, tiendas de ropa y bancos.
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En total, mil 593 casas quedaron dañadas: 590 con afectaciones mayores y 968 con daños menores; 35 hogares más quedaron destruidos.
La Cruz Roja rebosaba de víveres hasta el estacionamiento; cerca de las avenidas principales había otro grupo de personas con cartulinas para pedir apoyo a quienes pasaban y nunca dejó de llegar ayuda a los municipios más afectados, al igual que a poblaciones aledañas como Tochimilco y Tecuanipa, San Antonio Alpanocan y Santa Cruz.