Las Serpientes
Por Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo
En honor de la tía Enoé, con quien algún día nos encontraremos
Nadie mejor que yo, que provengo de la clase popular, para saber lo que hoy pasa una buena parte de mis hermanos de la Mixteca poblana, azotada por un fenómeno nunca antes visto en la historia de la entidad.
En 1999, el epicentro de todo se sitúo en Huajupan de León, Oaxaca, lo cual aminoró los efectos del brutal acontecimiento que, junto con las lluvias, cambió el curso de la historia del estado.
Pero no son los únicos que hoy sufren a causa del tremendo sismo registrado el martes 19 de septiembre en Puebla, también las clases pudientes lamentan los efectos de este fenómeno que causó caos y confusión en gran parte de Puebla.
El edificio que se encuentra en contraesquina del Parque del Arte, uno de los orgullos de la aspiracional clase media poblana, está a punto de colapsar y lo mismo ocurre con otros inmuebles que crecieron cerca de la Vía Atlixcáyotl, los cuales no se sabe si cuentan o no con los respectivos permisos para su construcción.
Una y otra vez, violando lo más elemental de los reglamentos de construcción, es como nos vamos enterando que la naturaleza no distingue entre ricos y pobres.
Basta ver hoy las imágenes que la lente de Arturo Moro captó para Efekto10 Noticias, para dar cuenta del tamaño de la tragedia ocurrida en este edificio construido a un costado del emblemático Parque del Arte, el orgullo de la posmodernidad poblana y la cultura aspiracional que acompaña a cada habitante del valle de Puebla.
No sólo es ahí, la cadena se extiende a lo largo de toda la Vía Atlixcáyotl, la principal de Puebla donde una de sus jactancias es exhibir lo alto de sus edificios, construidos en donde antiguamente era una reserva territorial, cuyo espíritu expropiatorio era paradójicamente apoyar al reordenamiento de la Angelópolis.
A lo largo de la vía Atlixcayotl se puede observar una larga fila de inmuebles afectados por el sismo, en una de las zonas más exclusiva de Puebla.
Un claro ejemplo son las torres que se ubican a un costado del CRIT, donde hay varios pisos afectados y cristales rotos; sin olvidar las estructuras, lo cual hace que se pierda la confianza en esas millonarias inversiones.
El propio hotel Holliday Inn, en San Martinito, junto al exclusivo fraccionamiento La Vista, presenta fisuras dignas de tomarse en cuenta por su tamaño y consideración.
Las huellas de la violencia del terremoto de 7.1 grados en la escala de Richter son visibles, lo mismo ocurre con varios inmuebles localizados en la misma zona, los cuales dudo que hayan sido visitados por las autoridades de Protección Civil municipal.
Bien por quienes obligaron a los dueños del edificio frente al Parque del Arte a deshabitar el inmueble.
Las grandes preguntas son: ¿Y ahora quién les va a pagar por todos los daños sufridos? ¿A dónde se van a ir estas personas? ¿Quién va a pagar su alojamiento? Finalmente, ¿quién se va a hacer responsable de todos los daños ocurridos?
Los ricos también lloran, la única diferencia es que ellos sí tienen dinero para pagar por sus problemas; los más pobres de los pobres, no.
Como siempre, están y estarán a la espera de la dádiva gubernamental que pueda ayudarles.
