Filtraciones de combustible en campos de cultivo ponen en riesgo más de 130 mil hectáreas ubicadas en el cinturón del huachicol
Por Ilse Contreras
Los residuos de gasolina que quedan en los campos por el derrame de tomas clandestinas y la falta de atención de las autoridades ocasionaron al menos 15 heridos con quemaduras graves, acusaron campesinos de Actipan de Morelos, localidad de Acatzingo, quienes demandaron solución a los problemas provocados por el robo de combustible.
El pasado 14 de agosto dos trabajadores del campo regaban sus sembradíos cuando explotó el canal que pasa por las parcelas de la localidad, el cual llevaba hidrocarburo mezclado con agua, provocando un incendio y afectando varios cultivos, señaló el representante legal de la sociedad Dos Barrancas de Actipan, Aureliano Bautista Bautista.
Sin embargo, a poco más de un mes del incidente, los agricultores denunciaron que no han recibido atención médica, por el contrario, las 15 víctimas costearon las curaciones al hipotecar o vender sus propiedades, pues tampoco han sido canalizados a la Unidad de Quemados del Hospital para el Niño Poblano.
Aureliano Bautista indicó que desde mayo detectaron que la gasolina llega a sus cultivos y pozos, por lo cual presentaron sus demandas y han solicitado audiencias con representantes de Petróleos Mexicanos (Pemex); sin embargo, hasta el momento no han tenido respuesta.
Por ello, los campesinos exigieron a Pemex una indemnización para reparar daños y pérdidas en su producción desde 2010, cuando hicieron su primera solicitud a la petrolera.
En tanto, Alejandro Armenta Mier, diputado federal del distrito de Acatzingo por Movimiento Regeneración Nacional (Morena), estimó que con las filtraciones de combustible en los predios hay un riesgo constante de muerte para 15 mil productores, así como la contaminación de 400 pozos agrícolas, lo que representa 130 mil hectáreas de cultivo en 150 kilómetros, desde Santa Rita Tlahuapan hasta Esperanza.

Al respecto, dijo que para que los productores puedan volver a utilizar la tierra de cultivo tardarían de siete meses a 10 años.
“El tema es delicado, en cualquier momento una chispa puede incendiar las tierras de cultivo dañadas, de las que se requieren 10 años para que el productor vuelva a ocupar la tierra inyectando bacterias que consuman los residuos de la gasolina y repararen el daño”, apuntó.


