Las Serpientes
Por Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo
Hace algunos días, cuando el quintacolumnista Mario Alberto Mejía escribió que en el PRI se analizaba la posibilidad de impulsar una candidatura del ex gobernador Melquiades Morales Flores, como su abanderado a la presidencia municipal de Puebla, pensé que sólo era una ocurrencia.
Pero resulta que no es así, Mejía, como siempre, bien enterado, adelantó algo que ya se estudia y con bastante seriedad, impulsar como candidato al hijo consentido de Santa Catarina Los Reyes, quien desde Costa Rica analiza la invitación que le hicieron algunos notables.
Sucede que el perfil del ex gobernador es visto como el complemento ideal para el candidato a la gubernatura, sobre todo si este es el actual delegado del IMSS en Puebla, Enrique Doger Guerrero.
Tanto la postulación de Doger como la de Melquiades Morales Flores sería una señal de que el CEN del PRI de verdad quiere ganar Puebla, enviando a dos de sus mejores cuadros a enfrentar al morenogalismo, en buenas condiciones.
Se dice que Melquiades, a pesar de sus años, estaría dispuesto a venir a Puebla a librar una de sus últimas batallas y emular a su maestro, el doctor Alfredo Toxqui y Fernández de Lara, quien también a edad avanzada fue candidato a la alcaldía de San Pedro Cholula, luego de ser gobernador, y ganó la elección.
Morales Flores es el último ex gobernador priista que aún cuenta con algo de prestigio, Guillermo Jiménez Morales, con una edad muy avanzada y con un estado de salud complicado, está casi fuera de la política. Lo mismo ocurre con Mariano Piña Olaya, de quien se ignora su militancia, al estar prácticamente retirado.
Manuel Bartlett está fuera del PRI, aunque nunca fue expulsado y tampoco él renunció a su militancia, el ex gobernador hoy navega en el barco de su líder, Andrés Manuel López Obrador, y su Morena.
Mario Marín Torres es un personaje defenestrado en su figura pública, no puede aparecerse más que en la Mixteca poblana, donde aún tiene un buen número de fieles, pero en los centros urbanos su figura es repudiada.
Sólo el viejo Melquiades se mantiene dentro de las filas del tricolor y conserva, insisto, cierto prestigio público, pero, sobre todo, cuenta con base todavía leal, aunque añosa, pero llena de experiencia y sobre todo con muchos contactos en la entidad.
Muchos podrán refutar que una buena parte de la familia de Melquiades está del lado del morenogalismo, pero precisamente ese es el atractivo principal de postular al viejo caudillo, neutralizar a esa parte que, siendo Morales el candidato, no dudará en apoyar al hijo consentido de Esperanza.
David Villanueva Lomelí, su yerno, auditor superior del estado y su hijo Fernando, líder estatal de Movimiento Ciudadano, se sumarían a la postulación de Morales en Puebla capital y sin duda esta parte haría muy competitivo al ex gobernador.
Morales Flores es por mucho mejor candidato que algunos otros priistas que buscan la designación, como por ejemplo Xitlalic Ceja, José Chedraui, Pablo Fernández del Campo o cualquier otro que se mencione y esto lo analizan en México.
El embajador en Costa Rica tiene también como ventaja que conoce mejor que nadie al grupo morenovallista, ya que fue mentor del líder de esta organización, que no es otro que el ex mandatario Rafael Moreno Valle Rosas.
El actual grupo en el poder sabe que tiene que enfrentar a Morena y que tiene también que hacer que el proceso electoral de 2018 sea de tercios, con un PRI fuerte para evitar quedar en un mano a mano contra las huestes de López Obrador.
La apuesta para el morenogalismo es bastante arriesgada, pero ante un escenario electoral de alta competencia, tienen que estudiar muy bien si pueden ganar y si no, entonces con quién es mejor perder.
En el segundo escenario, el de la derrota, tienen que escoger con quién les conviene perder, ¿con Morena? Sería terrible y una verdadera cacería de brujas. ¿Con el PRI? y sobre todo con Melquiades al frente, la derrota no sería derrota y eso también se analiza.
El 2018 se pone cada vez más interesante, con un Movimiento Regeneración Nacional (Morena) a la expectativa, luego de que el sismo interrumpiera el proceso interno de este partido, el cual estaba candente.
