La Entrega
Por Adrián Ruíz /[email protected]
La actividad de Morena se ha incrementado en el interior del estado. El cambio de estrategia dio un giro en las últimas semanas. La responsabilidad de Fernando Manzanilla aumentó. El cuñado del ex gobernador de Puebla asumió las riendas.
Algo detectó el mandamás y dueño absoluto del partido, Andrés Manuel López Obrador, para ordenar el cambio de planes. Con la caída de su gracia de Ricardo Monreal llegó el declive de Óscar Aguilar, quien coordinaba el trabajo en la Sierra Norte.
Ni el apoyo del otrora poderoso periodista Juan Bustillos, su cuñado, fue suficiente para sostenerlo. Óscar andaba crecido y en la oficina que montó en San Baltazar Campeche contaba a propios y extraños que por lo menos sería candidato a la presidencia municipal de la capital poblana.
Con el cambio de planes no le alcanza ni para el menor de los cargos de elección popular.
Por lo pronto, de manera personal, Fernando Manzanilla acude a las cabeceras municipales y sus comunidades para acercarse con los líderes. Ha sostenido pláticas en la Sierra Norte y la Mixteca poblana.
En su estilo y sin comprometerse, escucha las proposiciones de los posibles candidatos a munícipes. Escucha a la gente y les dice que seguirá de cerca a los mencionados.
Manzanilla Prieto fue pieza clave en el trabajo y estrategia para que su cuñado, contra todos los pronósticos, ganara la gubernatura de Puebla el sexenio pasado. Empezó con una clara desventaja de 40 puntos con el entonces candidato del PRI Javier López Zavala, pero al final se impuso.
La labor del bloque de Fernando Manzanilla abarca el convencimiento de los grupos que manejan a la gente en los municipios.
Grupos priistas fueron convencidos por Manzanilla Prieto para jalar con Morena en las elecciones del próximo año. Entre ellos, los de Tehuacán, Teziutlán, Izúcar de Matamoros y Zacatlán, más los que se acumulen en el futuro inmediato.
