Las Serpientes

Por Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo 

Estamos muy cerca de conocer el nombre de quién será el candidato del PRI a la Presidencia de la República. Todo parece indicar que no será otro que José Antonio Meade Kuribreña, quien trabajó de igual manera para la administración panista de Felipe Calderón, como para la priista de Enrique Peña Nieto; es decir, es una especie de híbrido, algo que es ya muy común en la clase política del país.

Muchos alegan que Meade no puede ser el candidato del tricolor por no estar familiarizado ideológicamente con la clase política de los hijos de Reyes Heroles y por nunca haber ocupado un puesto de elección popular. Vamos, no ha conseguido ni siquiera ser regidor en algún  Ayuntamiento de este país.

Pero, ¿cuáles serían entonces lo méritos de este personaje, quien estuvo el sábado en Puebla, para ser el abanderado del partido en el poder para 2018?

Todo indica que esos méritos serían su falta de arraigo y de militancia partidista, tener cero antecedentes de corrupción en la administración pública, así como los nulos escándalos de su vida privada.

Desde la pasada Asamblea Nacional del PRI, donde se eliminaron los candados impuestos luego de la derrota sufrida por el tricolor en 2000, ya se veía venir que la designación para favorecer a Meade estaba más que cantada, de otra forma, no habría existido la necesidad de hacer esta reforma estatutaria.

Manifiestan que Meade no cuenta con la “estatura política necesaria para ser el candidato”. Vamos, ni siquiera se ve como político y es, tal vez, hasta una persona tímida, o eso me parece a mí, pero esto también es un atributo del nuevo “prohombre”.

A partir de que Meade sea investido como el candidato del PRI a la Presidencia de la República, si es que se llega a dar, la aureola de poder que le rodeará hará que se convierta precisamente en este personaje, en el “prohombre”; en ese instante debería venir una transformación de quien se apresta para ser “el candidato”.

Así ocurrió con Carlos Salinas de Gortari, a quien pocos conocían como secretario de Programación y Presupuesto durante el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado, era un funcionario “más” dentro de una administración que tenía priistas de renombre y por supuesto con mayor trayectoria.

Salinas era visto como un “joven orejón”, chaparrito y modesto, sumamente inteligente, quien una vez designado como “el candidato” demostró su verdadera cara y llegó a ser el presidente más poderoso de los últimos años.

Así paso también con su antecesor Miguel de la Madrid Hurtado, quien era visto como un gordito simpático por sus compañeros de gabinete en la administración de José López Portillo y muy pocos apostaban por él. Una vez tomada la decisión el “gris” funcionario público se robusteció y se agrandó.

El poder es el que transforma a los candidatos, aunque muchos me podrán refutar que eso no paso con Francisco Labastida Ochoa, quien nunca creció, ni se pudo despojar de su imagen de pusilánime, frente a Vicente Fox, bronco y echado para adelante.

Meade, en caso de ser ungido el próximo 19 de noviembre como el candidato del PRI a la Presidencia de la República, tendrá en sí todo un reto por delante, porque para nada partirá como el favorito para ganar en 2018.

Los dados están echados al aire.

 

LA FIESTA DE 24 HORAS PUEBLA

Todo un éxito resultó la fiesta del segundo aniversario del periódico 24 Horas Puebla, la cual estuvo encabezada por el presidente municipal Luis Banck Serrato, y su director general Mario Alberto Mejía.

La clase política local se dio cita en el exclusivo hotel Rosewood, en la zona de San Francisco, para el aniversario del diario que ya es la referencia política de Puebla.

Muchas felicidades a mis amigos de 24 Horas Puebla, encabezados por Mejía y Nacho Juárez, es un orgullo ser colaborador y parte de la línea editorial de este diario que ya se ganó su lugar en la capital.

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