Garganta Profunda
Por Arturo Luna Silva /@ALunaSilva
Gran desconcierto ha causado entre el magisterio poblano la liberación el pasado martes de la mujer que apenas el fin de semana había sido detenida en flagrancia delictiva al intentar defraudar a una persona con la promesa de darle una plaza laboral en la Secretaría de Educación Pública (SEP) estatal, a cambio de cierta cantidad de dinero.
Según se informó con bombos y platillos el pasado domingo 15 de octubre, Estela del Carmen, de 43 años de edad, fue sorprendida el sábado en el bulevar Luis Sánchez Pontón de la ciudad de Puebla, cuando cometía el delito de fraude; en su poder se le encontraron varios formatos apócrifos de movimiento de personal de la SEP.
Ya no se dijo oficialmente, pero luego se supo que fue puesta a disposición del Ministerio Público, quedando la correspondiente querella radicada en la carpeta de investigación número 1644.
No era la primera vez que la mujer cometía este ilícito; fuentes de la propia Fiscalía General del Estado (FGE) dijeron que el lunes ya sumaban 20 las denuncias anexadas a dicha carpeta de investigación.
Por eso nadie se explica por qué la inculpada quedó en libertad el martes 17 y más cuando se habla de que el número de defraudados podría llegar a 300, pues Estela del Carmen forma parte al parecer de una bien organizada banda dedicada a este tipo de delito en Puebla.
Todo, sin embargo, quedó claro cuando los afectados descubrieron que la mujer salió debido a la mala integración de la denuncia por parte del personal de la FGE, dejando en ridículo –o en la orfandad– al secretario de Seguridad Pública del gobierno estatal, Jesús Morales Rodríguez, quien había presumido hasta el cansancio, el “gran golpe” dado por su Grupo de Operaciones Aéreas y Terrestres.
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Hoy la defraudadora debe estar muriéndose de la risa, convencidísima de que ser o tener un fiscal como Víctor Carrancá sencillamente no tiene precio.
Como diría el clásico: ¡No nos ayudes, compadre!