El ex rector de la Udlap descartó, por ahora, competir como independiente, aunque señalo que “se dejan puertas abiertas”
Por Mario Galeana
“Voy a repetir”, dice Enrique Cárdenas Sánchez y baja los ojos hacia la hoja que tiene sobre la mesa.
—Los partidos políticos no son, por ahora, los mejores instrumentos para organizar el poder.
—¿Y Morena?— le preguntan.
—Vuelvo a repetir: los partidos políticos no son, por ahora, los mejores instrumentos para organizar el poder.
—¿Y Barbosa?— insisten.
—Repito: los partidos políticos no son, por ahora, los mejores instrumentos para organizar el poder.
Y así, el Premio Nacional de Economía Banamex, el maestro y doctor por Yale, el ex rector de la Universidad de las Américas, el profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México, el creador de la mejor tesis para la Asociación de Historia Económica (Economic History Association), el candidato, se queda sin palabras.
—Jorge Machuca es el causante de esto que está pasando —dice mientras ríe levemente y señala a su jefe de prensa—. Él me dijo: no te salgas del cuadrito. Así que voy a repetir. Los partidos políticos no son…
Quizá nunca tuvo oportunidad, pero la aventura política del académico Enrique Cárdenas termina y su despedida —una conferencia de prensa— está llena de algo que se parece mucho al reproche, a la congoja, a la tristeza, a cualquier cosa que se parezca menos a la felicidad.
—¿Son ciertos los rumores que dicen que usted podría integrarse al gabinete de López Obrador?
—Mira, se mencionan muchas cosas. Dicen que el mismo cielo se estremecía al oír su llanto. O sea que no.
Enrique está sentado junto a su esposa, y a ella se le enrojecen los ojos cuando el académico dice que sí, que sí le hubiera gustado.
—Sí, sí me hubiera gustado (ser candidato). Me gustaría haber podido transformar el estado, formando un gobierno honesto, eficaz, centrado en la gente, que acotara el poder. De eso se trataba la propuesta: de recuperar para la gente el poder político.
—¿Y estas características las reúne Barbosa?
—Ay… Esa pregunta es muy obvia, ¿no te parece? —contesta y entrecierra los ojos, con una risa burlona—.
—O sea… ¿No? Tengo que escucharlo de usted —insiste el reportero—.
—Creo que alguien que ha pasado 40 o 50 años en el sistema político… Creo que no. Esto era un parteaguas, porque, al final de cuentas, se trataba de una persona que no había estado nunca en la vida política —contesta—.
Habla de él mismo: Enrique Cárdenas habla de Enrique Cárdenas. El germen del discurso político en tercera persona se le ha clavado en la espina, y apenas han pasado dos meses de su “efímero” —como él mismo lo califica— paso por la política.
Que, quizá, no ha acabado.
—¿Piensa competir como independiente?
—No lo tengo pensado por ahora… Pero se dejan puertas abiertas.

