
La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam
Santiago Nieto es uno de los fieles difuntos que prefirió la penumbra a los reflectores.
Su caso es elocuente.
Primero fue parte protagónica de un escándalo mediático.
Luego se retiró a sus habitaciones justo cuando una buena parte del Senado preparaba su rehabilitación al frente de la FEPADE.
¿Qué ocurrió en ese tránsito?
Los orígenes del ex fiscal nos dicen todo.
Vea el hipócrita lector:
Nieto fue un muy talentoso estudiante de Derecho que tuvo como tutor Académico a Jaime Cárdenas, ex consejero del IFE y ex diputado federal.
Cárdenas lo arropó desde el primer momento y, posteriormente, lo impulsó para que hiciera una carrera judicial.
En ese contexto llegó como asesor del senador Miguel Barbosa, quien, por cierto, cuenta con algunos de los hombres más brillantes en ese rubro.
Barbosa, entonces, lo fue llevando hasta proponerlo como candidato a la titularidad de la FEPADE.
Jaime Cárdenas, que es asesor de Manuel Bartlett, convenció a su jefe para que se sumara a la propuesta.
Así lo hizo.
Convertido ya en fiscal electoral, Santiago Nieto fue víctima del embeleso de los medios y se puso a filtrar información confidencial.
También empezó a reunirse con dirigentes nacionales de partidos políticos, quienes le enseñaron el ABC de la hoguera de las vanidades.
Con ese coctel en la mano fue perdiendo piso y sentido común.
Sus aliados originales dudaron de él y terminaron por cavar su tumba.
Metido ya en la encrucijada del caso Odebrecht, Nieto no supo manejar sus ritmos.
¿Resultado?
Se puso a merced de la clase política a la que exhibía en sus cada vez más constantes filtraciones.
Cuentan que antes de tirar el arpa acudió a una cita en la Secretaría de Gobernación federal.
Y más: que ahí estuvo hasta las tres de la mañana del día siguiente.
¿Qué es lo que vio en el antiguo Palacio de Covián?
¿Su futuro, su pasado, su presente?
¿Qué le dijeron que lo hicieron cambiar de opinión?
Lo cierto es que a las pocas horas mandó un comunicado que clausuraba sus afanes por regresar a la FEPADE.
El caso Nieto terminó tan abruptamente como empezó.
El ex fiscal regresó entonces a la pequeña estatura que tenía antes de todo esto.
Una estatura desde la que jamás hubiera atentado contra el PRI ni contra el huésped de Los Pinos.
