La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

Cuenta Jorge G. Castañeda que hace poco un priista de cierto peso le dijo al presidente Peña Nieto que si el candidato es Nuño o Narro, contará con su apoyo entusiasta, pero si es Meade tendrá su apoyo en silencio.

¿Quién es ese priista?

¿Beltrones?

¿Osorio Chong?

Castañeda logró dos cosas con su libro La Herencia (Arqueología de la Sucesión Presidencial): generó un clásico de la ciencia política y se convirtió en un referente imprescindible en el tema de las sucesiones.

No hay que olvidar otras dos cosas que están implícitas en La Herencia: que el engaño es parte esencial de la sucesión en curso y que este ejercicio no se puede dar sin el célebre descarte.

Engaño y descarte, dos elementos fundamentales en las tragedias Shakespearianas.

El anónimo confidente de Castañeda parece saber mucho del arte de la sucesión.

De entrada da la impresión de que es un experto en derrotas.

Vea el hipócrita lector:

Sabe distinguir entre el “apoyo entusiasta” y el “apoyo en silencio”.

No es un López Obrador que busca mandar al diablo a las instituciones.

Es, faltaba más, un hombre institucional capaz de comer sapos sin hacer gestos.

Su única disidencia se basa en el silencio.

Frente a la matraca festiva, el silencio oprobioso.

He ahí la historia de la política mexicana.

Pero la duda mata.

¿El apoyo en silencio de ese enigmático personaje será capaz de mover la sucesión?

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