Las Serpientes

Por Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo

La designación del senador ex perredista Luis Miguel Barbosa Huerta parece confirmar lo que algunos auguraban, con cualquier personaje medianamente conocido, Morena, el partido que encabeza Andrés Manuel López Obrador, iba a ser competitivo en Puebla.

No es el personaje, mucho menos el organismo político, es el peso que el tabasqueño aporta en el quinto padrón más importante en el país, lo cual hace que prácticamente cualquiera pueda ser competitivo.

Hace un año, el catedrático Abraham Quiroz, siendo prácticamente un desconocido, se colocó en el tercer lugar en la votación para gobernador del estado, sin hacer campaña, obtuvo 12% del total de los sufragios, lo cual a todas luces vislumbraba lo que ahora que se acerca, la madre de todas las batallas.

Ya en 2012, López Obrador había dejado ver su fuerza en Puebla, venciendo en la elección presidencial de ese año al hoy titular del Ejecutivo federal, el priista Enrique Peña Nieto con todo y que el tricolor contó con el apoyo del entonces gobernador panista, Rafael Moreno Valle Rosas.

Por eso hoy no debe de extrañar que con un personaje medianamente más conocido como el senador Luis Miguel Barbosa, Morena se haya ya convertido, a casi siete meses de la elección, en una verdadera amenaza para el grupo hegemónico, el morenogalismo.

También hay que darle su mérito al propio senador Barbosa, un personaje con colmillo largo y retorcido, el cual conoce el tema de formar estructuras y que sabe también perfectamente cuáles puertas son las que debe tocar.

Barbosa tal vez no sea tan reconocido por algunos grupos de la sociedad civil o identificados con la derecha poblana, los cuales no cesan en apoyar al ex rector de la Udlap, Enrique Cárdenas Sánchez, pero de manera lenta, trabaja para consolidar una estructura a favor del tabasqueño, lo cual es parte de su primera enmienda como coordinador estatal de organización, la antesala para la designación a la candidatura gubernamental.

El ex perredista, originario de la Sierra Negra de Puebla, zona cercana a Tehuacán y cuya carrera política fuera impulsada en un principio por monseñor Norberto Rivera, no es ningún novato en política, sabe perfectamente los puntos débiles de sus antes aliados y ahora adversarios.

El senador ha sabido tejer alianzas, complicidades y también apoyar en algunos momentos mediante recursos a muchos alcaldes, que le deben amistad y lealtad a lo largo y ancho de todo el estado.

Muchos al interior de Morena han tratado de ponerle piedras en el camino a Barbosa, quien inteligentemente no se ha desgastado en el tema y se ha puesto a trabajar con sus propios recursos para tratar de cumplir con el tabasqueño y allanarse el camino para obtener la candidatura.

Hay preocupación por los números que Morena registra en Puebla, sin hacer absolutamente nada, sólo sostenerse a través de la popularidad de López Obrador y comiéndose a la base priista.

Otro factor que contribuye al crecimiento del partido de El Peje en Puebla son los constantes errores de Los Pinos, que pareciera se ha transformado en el auténtico equipo de campaña del tabasqueño, debido a sus constantes pifias.

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