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Víctor Sánchez Espinosa y el cardenal Norberto Rivera Carrera concelebraron la misa de las exequias de quien fuera el VII arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca Pacheco.
En la capilla del Seminario Palafoxiano se realizó la ceremonia, en la que también se contó con la presencia de Roberto Domínguez Couttolenc, obispo de Ecatepec y el de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino.
De acuerdo con la Arquidiócesis de Puebla, ayer por la noche fueron trasladadas las cenizas de Huesca Pacheco para ser colocadas en la Cripta de los Obispos que se encuentra en la Catedral de esta ciudad.
“Confiamos en que su nombre esté escrito en el libro de la vida, don Rosendo formó muchas generaciones de sacerdotes y laicos en la justicia de Cristo, ese es el ministerio que llevó a cabo en durante todo el tiempo de su vida”, destacó.
Aseguró que el arzobispo emérito, Huesca Pacheco, nunca tuvo dudas de su vocación y decisión, ni siquiera en los tiempos difíciles.
Resaltó tres grandes principios que guiaban el ministerio episcopal de Rosendo Huesca como lo fue el amor al pasado, la tradición y el magisterio; en segundo lugar, tuvo una gran sensibilidad hacia los problemas y desafíos del presente.
En tercer lugar tuvo una gran capacidad de mirar y abrirse al futuro sin temor, con esperanza que viene de la fe y dio su compromiso por Dios y la Iglesia.
