Uno de los planetas, K2-18b, está dentro de la zona habitable; los científicos creen que podría tener las condiciones necesarias para soportar la vida

Elizabeth Howell/Seeker/Staff 24 Horas Puebla

Ilustración: Cortesía Alex Boersma

Los dos planetas orbitan alrededor de una estrella llamada K2-18, una estrella enana roja (más tenue y más pequeña que el Sol) situada a unos 111 años luz de la Tierra

La estrella forma parte de la constelación de Leo. En 2015, otro equipo de investigación descubrió el planeta K2-18b y observó que se encuentra en la zona habitable. Dado que K2-18b es de tipo rocoso, significa que podría tener agua en su superficie.

“Poder medir la masa y la densidad de K2-18b fue tremendo, pero descubrir un nuevo exoplaneta fue afortunado e igualmente emocionante”, dijo en un comunicado Ryan Cloutier, cabeza del equipo de investigadores y estudiante del doctorado en astrofísica de la Universidad de Toronto y del Instituto de Investigación sobre Exoplanetas de la Universidad de Montreal.

Nuevos descubrimientos

El nuevo estado de K2-18b se produce después de una serie de descubrimientos recientes relacionados con el planeta. El mes pasado otro equipo de investigadores anunció que la masa del planeta Ross 128b, el cual orbita una estrella enana roja a 11 años luz de la Tierra, es quizás el candidato más probable para albergar vida alienígena. 

Ross 128b es el planeta de tipo terrestre más cercano descubierto desde Próxima Centauri-b, en 2016, el cual se encuentra a sólo cuatro años luz de distancia. Además, en febrero otro equipo científico anunció que sistema solar Trappist-1 alberga siete planetas terrestres, incluidos algunos que podrían estar en la zona habitable.

El hallazgo

Los investigadores de K2-18b utilizaron datos obtenidos del Buscador de Planetas de Velocidad Radial de Alta Precisión (HARPS, por sus siglas en inglés) que rastrea planetas en el observatorio de La Silla en Chile. HARPS está diseñado para medir las velocidades radiales de las estrellas, las cuales están influenciadas por la presencia de planetas en órbita.

En un inicio, el equipo no estaba seguro de si K2-18b era una súper Tierra, lo que significa un poco más grande que nuestro planeta, pero principalmente rocosa, o un mini Neptuno compuesto principalmente de gas. Sin embargo, las mediciones de HARPS proporcionaron información sobre la masa del planeta, mientras que el radio del mismo fue determinado por otros instrumentos que miden cuánta luz de su sol bloquea.

“Si puedes obtener la masa y el radio, puedes medir la densidad aparente del planeta y eso puede decirte de qué está hecho el del planeta”, dijo Cloutier. 

Los datos de los investigadores mostraron que K2-18b es un planeta rocoso con una pequeña atmósfera de gas (similar a la Tierra) o un planeta de agua que tiene mucho hielo en su superficie. Averiguar cuál suposición es cierta requerirá más observaciones, tal vez del telescopio espacial “James Webb” de la NASA, el cual se lanzará en 2019.

Presencia inesperada

El segundo planeta apareció cuando Cloutier notó una señal diferente en los datos que la de K2-18b y que orbita su estrella cada 33 días. La segunda señal aparecía cada nueve días. Después de descartar la posibilidad de que fuera ruido espacial, los astrónomos anunciaron un segundo planeta llamado K2-18c. Este también es una súper Tierra, pero probablemente orbita muy cerca de la estrella para tener agua líquida en su superficie. La investigación se publicará en la revista Astronomy and Astrophysics y está disponible en el sitio web Arxiv.

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