El autor expone su experiencia durante este año en el instituto de diseño e innovación tecnológica junto a una serie de preguntas guía
Plumas Ibero Puebla
Por Alexis Vera Sánchez
No importa si eres profesionista independiente, empresario, empleado, ama de casa, estudiante o incluso de los llamados ninis (ni estudian ni trabajan); seguro pasó algo con tu vida este año, bueno o malo, no importa, algo pasó. ¿Cuáles fueron los sucesos de tu vida en 2017? ¿Qué fue lo bueno? ¿Qué fue lo malo? ¿Qué te gustó? ¿Qué te desagradó? ¿Qué sumó? ¿Qué restó? ¿Cuál es el saldo? Quizás este sea un buen momento para preguntárselo.
Cada año representa una nueva oportunidad, no importa lo que hayas hecho antes, siempre habrá un nuevo año, un nuevo mes, un nuevo día; mientras tengas vida habrá oportunidad de recomenzar. ¿Qué quieres lograr ahora con tu vida? ¿Te lo has preguntado? El pasado ya quedó escrito, no se puede cambiar, pero lo que viene son páginas en blanco, ¿qué deseas escribir en ellas?
Estas son preguntas que en realidad se pueden plantear en cualquier época del año, no sólo en ésta; aunque la atmósfera invernal ayuda a la reflexión. Estamos acostumbrados a vivir carrereados, estresados, saturados de información y actividades; esto generalmente nos aleja de nosotros mismos. Nos aparta de la auto observación y de la reflexión que ayudan a saborear mejor lo que vivimos y que también sirven para tener rumbo en la vida. Sería bueno encontrar espacio para reflexionar al respecto en este fin de año.
Desde el Instituto de Diseño e Innovación Tecnológica (IDIT) donde laboro, este año pude ver múltiples proyectos ir y venir. Algunos mejores que otros, pero todos tuvieron algo en común: fueron emprendidos con esperanza. A través de ellos sus inventores buscaron lograr algo. Muchos inventores-emprendedores lograron más o menos lo que esperaban; otros, por supuesto, no lo lograron. No obstante, todos ellos consiguieron algo valioso con toda seguridad: aprender y crecer como sujetos.
Ahora muy probablemente son mejores personas y emprendedores de lo que eran antes. Un emprendedor no sólo es quien monta una empresa, sino quien arriesga para lograr algo que se ha propuesto, sea lo que sea. Emprender significa crecer, porque casi siempre esta actividad nos lleva a cometer errores y aprender de ellos. Generalmente el error es mejor maestro que el acierto. ¿Tú qué emprendiste este año? ¿Qué vas a emprender el próximo?
Los micros emprendimientos son semillas del necesario cambio en este país y por eso, entre más haya, mejor. Un micro emprendimiento es cualquier proyecto de creación que llevemos a cabo. Son proyectos que generan algo que no existía antes. Empezar a aprender piano, por ejemplo, es un ejemplo de proyecto de emprendimiento porque tiene la intención de desarrollar una habilidad que antes no se poseía. En él se invierten tiempo y, generalmente, dinero. También conlleva cierto riesgo de deserción y, así, de pérdida. No obstante, cualquier emprendimiento es generativo: crea una nueva condición en la persona; un nuevo estado de ánimo; un nuevo grado de satisfacción y habilidad, etcétera. Y en realidad todos somos emprendedores, porque todos hemos realizado proyectos de cambio en nuestras vidas.

Ahora bien, por otro lado, quien no emprende, muere. Se estanca y generalmente no evoluciona. Su satisfacción con la vida tiende a decaer tarde o temprano. Porque al espíritu humano le nutren la novedad y los logros. Una persona exitosa no es la que más fama o dinero tiene, sino la que logra lo que se propone. Por ello creo que es importante la pregunta del título: ¿Qué te deja 2017? Porque para proyectar el futuro es recomendable partir de lo que hemos cosechado y de lo que nos falta cosechar.
Para el IDIT este fue un año importante porque, entre otras cosas, ganamos el Premio Nacional del Emprendedor por fomentar el emprendimiento en nuestro país. Lograr junto con mis compañeros esta distinción me llevó a reflexionar mucho de lo que aquí he compartido.
En ese tenor, deseo que 2018 destaque en sus vidas por ser un año de singular emprendimiento que les permita cosechar éxitos y, sobre todo, vivencias, aprendizajes y satisfacciones. Recordemos que no sólo de los éxitos se cosecha, también se obtienen ganancias de los fracasos que conlleva el emprender. Hasta el mayor campeón fracasa más de una vez en su carrera. Me parece que el verdadero problema no está en fallar; sino en no aprender de nuestras fallas. Por otro lado, el mayor fracaso de un barco que –como cualquier otro– nació para zarpar, es quedarse anclado en el muelle.
Espero que las preguntas que aquí he expuesto sirvan de guía para que, una vez reunido el coraje suficiente, decidas emprender algo nuevo en tu vida el próximo año. El resultado será ganancia, sin importar propiamente lo que resulte. Y la ganancia será mucho mayor si tu emprendimiento tiene entre sus objetivos el impactar, en alguna medida y de cualquier forma, la vida de quienes formamos parte de tu comunidad.

