Lozano y la ruptura con el panismo

El senador Javier Lozano Alarcón anunció su salida del Partido Acción Nacional no sin antes responsabilizar a Ricardo Anaya Cortés de todos los males que padece el instituto. Sin embargo, su movimiento también responde a una especie de orfandad política en la que se quedó. Nos explicamos: primero se alejó del calderonismo, donde disfrutó las mieles del poder; se refugió en Puebla y terminó por romper lanzas hace unos días con el morenogalismo. Ahora su suerte está pendida de su respaldo a José Antonio Meade Kuribreña, precandidato presidencial del tricolor y el ala tecnócrata que tiene secuestrado al priismo. ¿Será?

 

Las poblemas del PRI

Todavía no inician precampañas y en el PRI las cosas parece que no andan nada bien. Y esta ocasión no se trata de problemas de unidad interna sino de factores externos que dejan una percepción de un tricolor desgastado, como una marca poco competitiva, un candidato que no despunta, un grupo de tecnócratas que mantiene un férreo control del partido y hasta problemas para concretar una coalición local con los institutos que acompañarán al partidazo en la contienda nacional, entre algunos otros muchos problemas. ¿Será?

 

Barbosa y la conspiración

Luis Miguel Barbosa Huerta continúa con el mismo guión: existe un pacto entre el morenogalismo y José Antonio Meade para que, a cambio de la gubernatura para el PAN, se opere el triunfo del tricolor en la decisión presidencial. La estrategia del cuasi candidato a Casa Puebla por Morena tiene como objetivo utilizar un discurso, que reiterado, se convierta en una certeza que pocos pongan en duda, lo cual facilitará la descomposición del PRI y la llegada de cuadros y operadores que tanto le urgen al partido de López Obrador para rendir buenas cuentas en la elección. ¿Será?

 

El lío de los independientes

Si en algo tienen razón los integrantes del movimiento Sumamos, que encabeza Enrique Cárdenas Sánchez, es que Puebla es uno de los estados donde más trabas legales impusieron para los candidatos independientes, a fin de complicarles la posibilidad de obtener su registro. Estas restricciones sólo ponen en evidencia el temor del Poder Legislativo y de los partidos políticos a una corriente social que demuestra el hartazgo que existe hacia los políticos e institutos tradicionales. ¿Será?

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