La Loca de la Familia
Por: Alejandra Gómez Macchia / @negramacchia
Sí. Estoy en campaña permanente contra las feminazis. Todo lo que huela a feminazi me causa repulsión. Antes pensaba que el término “feminazi” era exagerado y grotesco. Ahora pienso lo contrario. Tal vez las grotescas y exageradas son ellas. Sé que al tocar estos temas pierdo “amigas” o seguidoras en la red. Son pocas las mujeres que apoyan mi campaña, pero con ellas me quedo. No me interesa ser parte de ese grupo de fundamentalistas. Las feminazis NO son feministas. La mayoría se ha dejado llevar por la corriente y ha jugado al teléfono descompuesto con la información real. Hacen uso de su supuesta condición de mártires para castrar al sexo opuesto. Son difusas, confusas y profusas. Cero profundas. Creen que son amigas de la justicia cuando son las peores enemigas de la justicia. Por ellas el movimiento feminista hoy no se toma en serio. ¿Qué diría Arendt y Paglia sobre estos engendritos? ¿Cuántas de ellas son verdaderamente víctimas o amigas o familiares de víctimas REALES? ¿Cuántas no usan el movimiento como un trabajo quirúrgico de cosmética para maquillar su fealdad interna? Dicen ser muy luchonas cuando en realidad lo único que demuestran en su incapacidad para resolver con el raciocinio su debilidad intrínseca. ¡Por eso los verdaderos machos siguen considerándonos a todas unas taradas, ser inferiores! Esto está sobrepasando el espectáculo, que cada vez es más lamentable. La víctima real denuncia al día siguiente o pasando sus primero días traumáticos. La víctima real busca ayuda de profesionales, no en la estulticia de las redes. La víctima real puede hasta tomar justicia por su propia mano, no arma un show arbitrario en Twitter, donde los verdaderos victimarios hacen fiesta y cazan a las siguientes víctimas. Siempre he dicho que “a mí no”, pero ahora que recuerdo, que echo mano de la memoria, puedo –o podría– decir que “yo también”. En la adolescencia tuve un novio mayor que yo. Este novio era borracho parrandero y mujeriego. Yo lo amaba. Yo también decidí entrarle con él a muchas cosas. A todo, con plena conciencia de mis actos, aunque para la ley fuera una niña. Una noche cuando la fiesta se prolongó más de lo debido, fuimos a un motel y sucedieron cosas. Cosas que tal vez no me gustaron o que no hubiera hecho estando en mis cabales. Me sentí herida al día siguiente, sin embargo, seguí saliendo con él. Nunca más volvió a lastimarme porque evité los momentos de locura. Esa noche pudo haberme traumado de por vida y pude haber hecho un escándalo que provocara, mínimo, que mi padre fuera a partirle la cara al tipo. No lo hice porque decidí entrarle. Al final, no me gustó, pero decidí entrarle. ¿Qué pasaría si hoy engrosara el bando feminazi y contara la historia completa? Le destrozaría la vida y la carrera a aquel hombre que actuó en consecuencia de lo estaba viendo: que su noviecita le daba coba a todo, que su noviecita estaba aceptando que él transgrediera los límites. Hoy podría subir mi historia a las redes con el hashtag #metoo y ganaría el aplauso de las juezas morales. Podría evidenciar a mi cerdo, pero siendo sinceros, ¿fue un cerdo? Una cosa es que no te guste como te follen, otra cosa es que te hayan follado contra tu voluntad. ¡Ojo!, señoras, señoritas. El violador de oficio no pregunta, no corteja… arrebata, sobaja, humilla. Okey, se dan casos en el que el violador es tu propio marido, alguien que se siente con derechos de poseerte, sin embargo, eso se puede solucionar poniendo una demanda puntual o sacando al tirano de tu vida. La ley no es taaaan ciega. Conozco casos muy cercanos donde el abusón tiene orden de restricción porque la esposa, o en estos casos la ex esposa, no se quedó llorando ni haciendo campaña vía Facebook; fue y demandó y luchó por no seguir siendo violentada por su familiar. Pero una de las características principales de las feminazis es que gritan mucho y no oyen nada más que sus propias voces estridentes. ¿Qué han conseguido? Que el feminismo se pervierta. Hoy hay buenas feministas, malas feministas, feministas a secas, feministas francesas y feminazis. Retomo el siguiente post de la poeta mexicana Rocío Barrionuevo, a quien respeto y conozco desde hace tiempo: “una joven acepta la invitación de un tipo para ir a su apartamento después de una cena. Él se desviste, ella también. Se besan; terminan follando, pero ella se siente incómoda en todo momento. Al terminar el primer round, a pesar de su enfado, ella se queda. Él trata de iniciar el segundo round, ella (Por fin!) se va. El whatsapp a posteriori que ella le envía dice: "Ignoraste señales claras no verbales; seguiste avanzando ". Meses después, al verlo recibir un Golden Globe, ella declara públicamente que fue víctima de un ataque sexual”. La publicación sobreviene ante el escándalo del “presunto” acoso perpetuado por el actor Aziz Ansari a una joven de 22 años. Barrionuevo hace una síntesis de los hechos. Una síntesis puntual. A este actor le brinca una feminazi que aprovecha el evento y la oportunidad. Sale a declarar anónimamente que Aziz Ansari tuvo comportamientos nada gratos dentro de la relación sexual. Dice que no fue agradable, que no se divirtió. Pero lo dice cuando ya accedió al primer “round”, como bien especifica Barrionuevo. ¿Fue abuso o no fue abuso? Por el timming en el que se ejecuta la acusación (dada a medios, no a las autoridades pertinentes), esto suena más a oportunismo vil y descarado. ¿Quién es la mujer que dice haber sido violentada? El nombre importa poco, llamémosle Brittany o Valery o Kim. Lo que se intuye en este caso es que esa Brittany o esa Valery o esa Kim es una feminazi que está tergiversando la versión de los hechos. Una cosa es que pruebes la paleta de grosella y no te haya gustado su sabor, y otra muy diferente es que una mano siniestra te haya obligado a retacarte la paleta de grosella en la boca. Aguas. Con estos criterios sesgados falta poco para que a la menor insinuación las feminazis organicen una cruzada para fomentar una emasculación masiva, o como dirían ellas en su infinita falta de buen gusto y de sentido común: ¡que le corten los huevos a todos!
