La Mirada Crítica
Por: Román Sánchez Zamora / @RomansanchezZ
Ismael se preparaba para ese gran día, por fin podría hacer su sueño realidad, las porras el confeti, los abrazos, las felicitaciones, era estar tres años al frente de su pueblo como un día le señaló su abuelo, el cual había sido regidor y fue cuando recordó que le había dicho –Un día, nos querían quitar el agua los del otro pueblo y hasta dinamita usamos, nos dimos hasta con escopetas, pues eran ellos o nuestras familias, hasta que el jefe político Don Antonio nos llamó y nos dijo que esa presa era un proyecto del gobernador y que había puesto el dinero que llegarían por nosotros pero que él vería por sacarnos, y así pasamos dos meses en la cárcel-.
Ismael solo suspiro al recordar esas palabras de su abuelo que sabía que él estaría orgulloso de verlo ahora como el presidente municipal y ver que siempre esta figura había sido su inspiración para hacer su vida.
Había hecho una campaña austera, pero como la gente lo reconocía como un hombre tranquilo sabían que este no llegaría a los excesos que sus anteriores presidentes municipales.
El nuevo gabinete ya lo tenía planeado, como secretario a su excompañero de primaria, a su compadre Alex lo había convencido para ser el tesorero, la obra pública seria encabezada por su vecino que era un pasante de ingeniería pero sabía que todos los hacían así, no era necesario estar titulado para tener esta cartera.
Los regidores, eran los viejos militantes del partido que sabían que con un personaje externo podrían ganar la elección poder retomar el poder del pueblo.
Ismael, salió a dar de agua a su ganado pues aún tenía tiempo y en el camino fue interceptado por Alex y otras personas que él no conocía, dos hombres de botas y sobrero bajaron de la camioneta y luego un joven de traje, al verlo se quitó el saco y la corbata y le dijo – mi presi, que honor en verlo, nuestro amigo Alex nos dijo que por aquí lo encontraríamos pues como reloj siempre a esta hora le da agua a su ganado-
-¿Pá que soy bueno?-
-es muy simple, únicamente para desearle suerte en su nuevo trabajo, y para ponernos de acuerdo, mire yo tengo un negocio más adelante, allí donde están los bodegones y pues usted me deja trabajar y usted se lleva lo suyo- le dijo y le dio instrucción a uno de sus acompañantes para darle una bolsa de piel. Ismael la tomo en sus manos y la abrió, -no se espante mi presi, usted sabe cómo funcionan las cosas, y esto le llegará cada mes, o acaso ¿no sabía de dónde salió las contribuciones que muy generosamente sus regidores le dieron?- le dijo mientras este veía a Alex y sentía que lo habían traicionado.
¿Qué hacer? ¿Qué decir? ¿Cómo reaccionar? La fama del hacendado de los bodegones era mucha en la región, el cual era un hombre respetado y en muchos conflictos como el de la carretera el mismo fue a hablar con el jefe de gobierno del Estado, pues decía que era su amigo, que le debía favores y pacto un mejor precio y allí acabo el conflicto de la nueva “pista”.
¿Hasta dónde la gente en el poder debe hacer caso a estos círculos perpetuos de poder? ¿En qué momento el poder político está comprometido? ¿En realidad los teóricos de lo político y la administración pública previeron este tipo de situaciones donde el factor de poder económico estructurado en las regiones sólo llega a mencionarse en raras veces?
Construir gobierno ante situaciones de esta índole donde los grupos organizados, ante oposiciones ficticias, pues no son los ideales los que cambian y por tanto los proyectos sino solo las personas, pero las actitudes siguen siendo las mismas.
¿Cómo generar un nuevo modelo de gobierno desde lo local cuando estas historias se repiten como algo normal, cuando lo anormal es no tener este tipo de acuerdos?
El regenerar nuevos pactos con la sociedad es un tópico que muchos ni lo han pensado pues si bien existen ideales, la estructura social casi los obliga a tomar una decisión, y pasan los trienios y no cambian las redes de corrupción y poder.
Ismael, tomo la bolsa, Alex se despido del trio y dijo –les dije que era un hombre razonable y muy inteligente, vamos compadre a darles agua a tus vacas y preparémonos para esa toma de protesta, porque tú vas a ser el más picudo de todos los presidentes que haya existido-.
Los tres hombres subieron a su camioneta y se marcharon, el polvo del camino se diluía poco a poco así como el sueño de Ismael, de hacer otras cosas, en la noche hablaba del progreso, de que las cosas iban a cambiar… a lo lejos Alex festejaba con los tres hombres… el trato estaba hecho…
