El presidente auxiliar Federico Ramos justificó el actuar de los pobladores porque, dijo, “están cansados” de la delincuencia
Por: Guadalupe Juárez
Entre balbuceos dijo tener 17 años, mientras medio centenar de personas le asestaban golpes en todo el cuerpo, hasta quitarle la vida.
El de la noche del lunes, se convirtió en el primer linchamiento del año en la entidad
Eran las 22:00 horas del 22 de enero, las campanas de la iglesia en San Juan Tuxco, localidad perteneciente a San Martín Texmelucan, repicaban después de que dos sujetos le arrebataron una motocicleta a un poblador, quien logró señalar a uno de ellos, mientras el otro huía en la unidad.
Las campanas en los últimos meses eran utilizadas por los habitantes de esta comunidad como una alarma, con ellas alertaban a las autoridades de un ilícito, y aunque la noche del lunes también buscaban a la Policía Municipal, algo cambió.
Los pobladores tomaron por ciertas las acusaciones de su vecino, detuvieron al joven de 17 años, lo interrogaron y amenazaron con matarlo si no regresaban la moto.
Entre patadas en el estómago y jaloneos le exigieron confesar a “dónde llevaban” los vehículos robados; este no era el primer caso de robo.
La turba esperaba a la policía en la calle Benito Juárez y Allende, una voz lanzó un “estamos hartos de la delincuencia”, luego, al igual que el repique de las campanas, las expresiones de enojo inundaron el ambiente.
La ira, incontrolable, provocó que le cortaran una oreja con un cúter como “escarmiento”.
Los policías sólo miraron a distancia sin lograr superar a la turba, porque en ese momento los pobladores comenzaron a golpear a quien veían como un delincuente, hasta que perdió el conocimiento, y cuando al fin los municipales lograron pasar, sólo confirmaron su muerte.
Y horas después, el presidente auxiliar Federico Ramos dirá a Excélsior TV que hasta la tarde del martes el hombre linchado estaba en calidad de desconocido, estimará que tenía entre 16 y 17 años, asegurará que la “gente ya está cansada”.
Federico Ramos opinará que parte de lo que sucede es por el Nuevo Sistema de Justicia Penal, que la ira de los pobladores surgió después de ser víctimas de varios delitos, ir denunciar y ver como salen libres los presuntos delincuentes. Justificará que sus gobernados amaguen con “no tentarse el corazón” si vuelven a detener a alguien que les robe.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Puebla ocupa el segundo lugar a nivel nacional por 182 casos de linchamientos (tentativa y consumados) en los últimos 29 años.
El primer lugar es ocupado por Estado de México con 242, Ciudad de México con 79, Oaxaca 60. Entre las cuatro entidades citadas, concentran el 65.3% de los linchamientos registrados en todo el país, de 1988 a septiembre de 2017.
En la actualidad, el gobierno de Puebla cuenta con una recomendación del organismo por la omisión de las autoridades municipales y policías estatales en el linchamiento de dos encuestadores en Ajalpan.
Según la investigación de la CNDH, en el asesinato de los hermanos Copado Molina, registrado en octubre de 2015, a pesar de que los elementos de la policía municipal podían resguardarlos de la turba, los entregaron.
