Las Serpientes

Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo

Finalmente, Enrique Doger Guerrero se salió con la suya, se convertirá en el candidato del PRI a la gubernatura de Puebla, sueño anhelado desde 2010, cuando el marinismo optó por Javier López Zavala para tratar de ganar Casa Puebla.

En 2016, Doger, otra vez, se volvió a quedar en la orilla, cuando la candidatura a la minigubernatura se le otorgó a la entonces senadora Blanca Alcalá.

Ahora, por fin, su partido le hace justicia y le entrega la tan anhelada candidatura debido a que es el priista que tiene los mejores números y por lo tanto el más competitivo.

No obstante, Doger obtuvo la designación en el momento que el priismo no atraviesa por su mejor momento, ya que la campaña de su candidato a la Presidencia de la República, José Antonio Meade Kuribreña, naufraga en el tercer lugar de las preferencias.

Doger no parte para nada como el favorito para la contienda a gobernador del estado, por un lado tiene que hacer frente al morenogalismo y su aparato perfectamente bien aceitado y por el otro al empuje de Morena, representado por Luis Miguel Barbosa Huerta, hombre de colmillo largo y retorcido, pero sobre todo arropado por Andrés Manuel López Obrador.

La presencia de Enrique en las boletas sin duda le pone sabor a la contienda, aunque tendrá muchos retos por delante el ex rector y ex presidente municipal de Puebla.

El candidato del PRI a la gubernatura carece de una estructura propia en el estado, tendrá que confiar en el voto duro del tricolor, el cual se ha disminuido de manera paulatina elección con elección.

Doger deberá ponerse en las manos de la estructura de Juan Carlos Lastiri, quien cuenta con la gente que logró sembrar durante su paso por la Sedesol y la Sedatu a nivel federal, la cual resulta insuficiente para cargar con la elección que se avecina.

Otra vertiente en la que deberá trabajar el candidato del tricolor es la de convencer a Los Pinos de que lo cobijen bien y pongan a su disposición la estructura de los partidos Verde y Nueva Alianza, los cuales de entrada irán solos a la elección del próximo 1 de julio y sólo una señal de Peña Nieto puede cambiar esta decisión.

Un punto en contra de Doger es la suma cero del candidato que pidió le acompañara en la Presidencia Municipal de Puebla, punto clave para poder ganar la elección que se avecina.

Puso a un looser para la alcaldía de Puebla, un personaje que nunca ha ganado nada, que no tiene experiencia, alejado de la ciudad, sin identidad y que sólo explota su apellido.

Doger sabe muy bien que la capital representa 32% de la votación y que si se hunde en la ciudad de los ángeles, poco puede hacer en el resto del estado, ya que el municipio de Puebla es de vital importancia, aun así optó por un “pobre diablo” que poco le puede aportar en números.

Otro factor que Doger deberá resolver, lo antes posible, es sumar a los principales liderazgos del PRI y evitar que haya una desbandada mayor de la que se ha dado hacia otros partidos políticos como Morena, Movimiento Ciudadano y Compromiso Por Puebla, los cuales se han comido a una buena parte de la estructura del tricolor, más la que se sume luego de que se conozca a los candidatos a diputados federales, locales y presidentes municipales.

Doger es un buen candidato, el mejor que podía haber tenido el PRI para este momento; lo cual, sin duda, hará todavía más que reñida esta elección, pero reitero, es necesario que se alineen todas estas vertientes para que se pueda alzar con el triunfo.

No basta con lograr despertar la inconformidad que ciertamente existe en Puebla en contra del grupo en el poder, también es necesario tener la estructura y los recursos para poder capitalizar ese enojo, el cual está muy enfocado hacia el PRI y el PAN, que es aprovechado por Morena.

 

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